Crítica de 'Detonantes' en Netflix: Jessica Alba está de regreso y quiere vengar a su padre

La actriz, que llevaba tiempo fuera de foco, protagoniza una película muy de plataforma en cuanto a que se deja ver pero se queda en un 'sin más'. Sus ecos noventeros hacían desear un pasatiempo con más fuerza
Jessica Alba, en una imagen de 'Detonantes'
Jessica Alba, en una imagen de 'Detonantes'
(Netflix)
Jessica Alba, en una imagen de 'Detonantes'

Por el funcionamiento de la industria y por los caminos que toman las carreras, resulta inevitable que haya no pocos actores y actrices a quienes se les pierde la pista. Así ha ocurrido con Jessica Alba, que salvo por trabajos puntuales (Mechanic. Resurrection) llevaba una década larga fuera de foco y que vuelve a estar de actualidad por el estreno en Netflix de Detonantes.

La intérprete, que empezó a darse a conocer con la juvenil y de culto El diablo metió la mano (1999), vivió su etapa de popularidad en la década de los 2000 por la serie Dark Angel, de James Cameron, y sobre todo por Sin City y por encarnar a Sue Storm en las dos entregas (2005 y 2007) de aquella olvidada versión de Los cuatro fantásticos.

En Detonantes (título español del original Trigger Warning) es una militar de operaciones especiales que en plena misión en Siria recibe la noticia de la muerte de su padre, producida por un derrumbe en una mina de su propiedad. Al volver a casa no termina de creerse el relato policial del suicidio, y tampoco la posibilidad del accidente, y empieza a comprobar que su fallecimiento guarda relación con los movimientos oscuros de la familia que controla el pueblo.

La película supone el debut en Estados Unidos de la directora indonesia Mouly Surya. Alba está acompañada por Mark Webber, Jake Weary, Gabriel Basso y Anthony Michael Hall, que sonará a algunos por las ochenteras La mujer explosiva y El club de los cinco y que ostenta el papel de oscuro senador candidato a la reelección.

Crítica de 'Detonantes'

Valoración:
Jessica Alba, en el estreno de Netflix 'Detonantes'
Jessica Alba, en el estreno de Netflix 'Detonantes'
(Netflix)

Aunque los videoclubes desaparecieron, algo de ellos permanece al bucear un poco en los catálogos de las plataformas. El matiz surge en especial en lo referente al cine de acción, en el que abundan películas de segunda o tercera fila con actores que no pasan por su mejor momento. En ese cauce uno puede encontrarse con producciones de saldo, pero también con propuestas rescatables y con otras que se dejan ver dentro de que en la mirada se impone el 'sin más'. En este tercer grupo se halla Detonantes, el filme de Netflix con Jessica Alba.

Se mueve en unos parámetros dignos y solventes, si bien no tiene elementos para que la memoria haga un esfuerzo y la retenga, algo por otro lado bastante habitual en estos tiempos de dominio del streaming. No obstante, sus ecos de 'pequeña película de videoclub' y su parentesco con los títulos de los 90 en cuanto al tipo de historia juegan a su favor por el ligero 'encanto' que puede generar a ratos en el proceso.

Detonantes exhibe numerosos aspectos clásicos en su base, empezando por la premisa del regreso a casa por un hecho traumático, por el reencuentro con el lugar en ese contexto, y siguiendo por las sospechas respecto a lo sucedido y la correspondiente venganza. El hecho de que los corruptos estén interesados en hacerse con la propiedad heredada y la cuestión del pueblo controlado por una turbia familia (con un patriarca senador para completar el combo) contribuyen asimismo a conformar el sustrato reconocible.

La mina del padre fallecido podría haberse convertido en un rasgo diferencial del relato. Sin embargo, no termina de aprovecharse ni como factor ni como escenario. El desarrollo tampoco canaliza las reminiscencias del western, que igualmente lo habrían favorecido.

El camino funcional no resiente de por sí la historia, pero las tensiones con el político candidato a la reelección (Anthony Michael Hall) y con su hijo traficante de armas daban para más, sobre todo atendiendo a sus respectivas condiciones de 'suegro' y de 'cuñado cretino'. La relación de la protagonista con el sheriff que fuera su novio, hijo y hermano de los personajes mencionados, presenta más matices para al final sucumbir a lo convencional.

Jessica Alba convence tanto como militar de operaciones especiales obligada a sacar su faceta profesional fuera de su ámbito como de hija que afronta la pérdida y defiende el legado paterno. En esa línea, el trabajo de la directora Mouly Surya se adscribe a lo correcto. En todo caso, la falta de mayores alicientes visuales (la imagen de entrenamiento con el cuchillo hace aventurar que por fin van a brotar, pero no es así) y el carácter escaso de la resolución y del clímax conectan con lo indicado de que Detonantes se queda en el 'sin más'.

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