Crítica de 'Rabos': Dios gay, coños voladores y muchos chistes de penes en el primer musical de A24

Larry Charles dirige el musical que Aaron Jackson y Josh Sharp sacaron adelante hace casi diez años y que ahora llega a la gran pantalla con ellos mismos como protagonistas.
Aaron Jackson, Bowen Yang y Josh Sharp en 'Rabos: El musical'
Aaron Jackson, Bowen Yang y Josh Sharp en 'Rabos: El musical'
A24
Aaron Jackson, Bowen Yang y Josh Sharp en 'Rabos: El musical'
Valoración:

Aaron Jackson y Josh Sharp protagonizaban, dirigían, escribían y estrenaban, en 2015, Fucking identical twins: the musical (Follando hermanos gemelos idénticos: el musical). Lo hacían en el neoyorquino UCB (Upright Citizens Brigade), un teatro off Brodway y escuela de improvisación conocido por forjar parte de la cantera de Saturday Night Live (Amy Poehler o Kate McKinnon comenzaron allí). El título de la obra no engaña, se trataba un compendio de canciones repletas de comedia, sexo, escatología, más sexo, incorrección y ganas de incomodar, hacer reír y disfrutar con un humor salvaje y estúpido. Casi diez años más tarde, esa misma historia, ampliada por sus autores, se estrena ahora con el nombre de Rabos (Dicks en la versión original) en cines de todo el mundo, dirigida por Larry Charles (realizador detrás de Borat o Bruno). Un cuento de hadas en un Hollywood violento. Como lo que ocurrió con La llamada, pero con más incesto.

La película que nos ocupa, una mezcla de Tú a Boston y yo a California con South Park, tiene toda la frescura que, se intuye, poseía el trabajo original. Solo queda quitarse el sombrero ante sus responsables por haber conseguido mantener intacto un guion que llama “marica” (faggot) a Dios y posee varios números dedicados a criaturas nacidas en las cloacas, alimentadas a escupitajos de jamón por Nathan Lane. La comedia musical es de un nivel altísimo, pues no solo se limita a colocar chistes en melodías que los acojan, como es habitual. Las canciones tienen alma, sentido dramático, encajan con la narración y beben de iconos claros de Broadway sin resultar demasiado referenciales. El reparto es excelente y en sus chorradas se intuye auténtica diversión, incluso hay momentos en los que se les escapa la risa que permanecen en el metraje. El visionado de Rabos se hace con la boca abierta.

El único lugar en el que la película patina es en la incorporación de Megan Thee Stallion. Los autores han confesado en varias ocasiones cómo, desde la producción, se les propuso buscar a una figura mediática (cualquiera, la que aceptase) que diese peso a la venta y promoción del musical. Se confeccionó un número a la medida de la rapera que rompe con el tono imperante de humillación e incorrección. Una pieza que debería haber sido otra cosa, claramente construida con prisa y grabada ajustándose a las exigencias de un equipo de representantes. Parece un pastiche y no resulta natural. Una lástima. Será la propuesta que envíen a los Oscar y nos quedaremos sin ver a Nathan Lane y Megan Mullaly cantando sobre coños voladores y haciendo el amor en una silla de ruedas. Podría haber sido el I’m just Ken de 2025.

FICHA TÉCNICA

'Rabos: El musical', de Larry Charles
  • Director:

    Larry Charles

  • Género:

    Comedia musical

  • País:

    Estados Unidos

  • Sinopsis:

    Craig y Trevor, dos rivales en los negocios, descubren que son gemelos idénticos separados al nacer. Deciden intercambiarse para que sus padres divorciados vuelvan a estar juntos.

  • Guion: Aaron Jackson, Josh Sharp

    Reparto: Aaron Jackson, Josh Sharp, Nathan Lane, Megan Mullaly

    Duración: 86 min.

    Veredicto: Saldrás cantando (¡bien!) canciones que no deberías (¡vaya!).

    Distribuidora: YouPlanet

    Estreno: 26/4/2024

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