El final ya está aquí, y estábamos avisados. Desde hace semanas es de conocimiento público que la cuarta temporada de Kimetsu no Yaiba, en España conocida como Guardianes de la noche, tendría únicamente ocho capítulos como antesala de la batalla final en la Fortaleza Dimensional Infinita. Ya se han emitido siete, y el último ha sido de los más importantes de toda la serie. Repasamos los aspectos más importantes antes del desenlace del arco del Entrenamiento Pilar.
Esta temporada ha sido corta y con poca acción. La trama se ha centrado principalmente en el progreso de Tanjiro Kamado a lo largo de las distintas fases del entrenamiento. Lo poco que se ha visto de acción han sido los enfrentamientos esporádicos entre algunos Pilares, pero lo más reseñable ha sido ver a nuestro protagonista pasarlas canutas mientras su hermana Nezuko permanece escondida.
El arco de la Aldea de los Herreros terminó con la revelación de que Nezuko era la primera demonio capaz de sobrevivir al Sol. Por eso se convirtió en el objetivo principal de Muzan Kibutsuji, que desea su poder para convertirse en el ser perfecto, y por ello el cuerpo de cazadores de demonios, por medio de la petición del Pilar de la Roca Gyomei Himejima, ha decidido entrenar exhaustivamente a todos sus miembros para prepararse de cara a la batalla final contra los demonios.
La cuarta temporada ha servido para conocer un poco más a los Pilares y ver sus habilidades, pero a nivel argumental, lo más relevante hasta la fecha ha pasado en el séptimo episodio. Comienza con Tanjiro superando la última prueba y siendo reconocido por Himejima, quien le ve como una persona honesta, tremendamente habilidosa y de buen corazón. En esta conversación que mantienen el protagonista y el Pilar de la Roca, se revela el pasado del espadachín más fuerte del cuerpo.
El pasado de Gyomei Himejima
Cuando era joven vivía en un templo junto a nueve niños huérfanos en una zona en la que se creía mucho en la existencia de los demonios. Aunque hemos visto mucho a estos monstruos, realmente es muy difícil encontrarse con alguno y la mayoría de personas en el mundo de Kimetsu no Yaiba no creen en ellos. Sin embargo, Himejima siempre dejaba incienso de glicina en la puerta del templo para evitar que las criaturas se acercasen, si es que llegaban a aparecer.
Pero todo cambió la noche en que uno de los chicos incumplió las reglas de Himejima y se alejó demasiado del hogar por la noche. Como consecuencia, se encontró con un demonio, y ofreció las vidas del resto a cambio de salvar la suya. Quitó el incienso de la entrada para que la bestia entrase y así comenzó la matanza. Gyomei era ciego y estaba bastante delgado, pero poseía una fuerza descomunal que le permitió proteger a la pequeña Sayo, la única que sobrevivió entre todos los niños.
Se enfrentó al demonio con sus propias manos y estuvo pegándole hasta que salió el Sol y desintegró el cuerpo de la criatura. Cuando llegaron las autoridades, Sayo ofreció un testimonio confuso que provocó el encarcelamiento de Gyomei como culpable de las muertes. Permaneció encarcelado hasta que el Patrón Kagaya Ubuyashiki consiguió liberarle. Con el tiempo logró convertirse en el Pilar de la Roca, pero le quedó como secuela una terrible desconfianza en la mayoría de las personas.
La prueba de Zenitsu
A Zenitsu le hemos conocido como una persona cómica y temerosa a partes iguales. Pese a su cobardía, ha llegado bastante lejos como cazador de demonios, pero este séptimo episodio nos ha mostrado una faceta suya bien distinta. Al enterarse de una noticia que no se desvela, decide interrumpir su entrenamiento y se muestra mucho más serio y decidido, sin darle explicaciones ni siquiera a Tanjiro.
Sin entrar en spoilers del manga, las terribles noticias que ha recibido Zenitsu tienen implicaciones directas en su propio desarrollo y repercutirán también en el arco de la Fortaleza Dimensional Infinita. Por otro lado, el capítulo también ha servido para ver un pequeño enfrentamiento entre Giyu Tomioka, el Pilar del Agua, y Sanemi Shinazugawa, el Pilar del Viento.
Muzan Kibutsuji mueve ficha
El capítulo siete termina con una escena de mucha trascendencia de cara al final de la cuarta temporada y todo lo que vendrá después: Muzan Kibutsuji se presenta en la Mansión Ubuyashiki para enfrentarse cara a cara con el Patrón. Lo que persigue el Rey de los Demonios es acabar con el líder de los cazadores, pero esto tiene muchas más implicaciones además de ser una estrategia para desestabilizar al cuerpo.
Durante siglos, Kibutsuji se ha ocultado bajo varias identidades y ha cedido parte de su poder demoníaco a varios secuaces para que cumplan por él sus objetivos. Es muy difícil encontrarlo, y de hecho es probable que el Patrón haya sido el primero en 96 generaciones de los Ubuyashiki que lo ha tenido delante. Sin embargo, Tanjiro sí lo ha visto camuflado entre las personas y pudo reconocerlo al percibir el mismo olor que estaba presente la noche en la que murió asesinada su familia.
¿Qué pasará próximamente? Sin entrar en spoilers del manga, es muy probable que el octavo episodio muestre la conversación entre Muzan Kibutsuji y Kagaya Ubuyashiki. Por su parte, Sanemi dará la voz de alarma al resto de Pilares para intentar proteger al Patrón. Respecto al arco de la Fortaleza Dimensional Infinita, uno de los escenarios más probables por el momento es que se divida en tres películas para concluir la historia de Kimetsu no Yaiba, pero todavía no hay nada confirmado. Probablemente lleguen más noticias tras el final de la cuarta temporada.
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