En junio de 2021 la plataforma de streaming Amazon Prime Video estrenaba Parot, la serie protagonizada por Adriana Ugarte, Blanca Portillo e Iván Massagué que seguía la derogación de la Doctrina Parot por el Tribunal Europeo de Estrasburgo, por la que decenas de terroristas presos fueron puestos en libertad en España en 2013.
Ahora, y sin relacionarla demasiado con su predecesora, la plataforma estrena Perverso, un spin-off de Parot con el que recupera a su criminal protagonista Julián López de Haro (Iván Massagué) e introduce una nueva trama en la que el asesino es amenazado de muerte por un secuestrador (Jan Cornet) mientras prepara su venganza contra Lucía (Kira Miró), la jueza que lo encarceló.
Esta ficción policial, pese a rescatar a un villano carismático y bien construido, resulta poco sorprendente y bastante predecible, aunque tras un inicio más flojo consigue remontar el vuelo en su segunda mitad. Te contamos lo que nos han parecido los ocho episodios… ¡Sin spoilers!
Iván Massagué, un carismático psicópata
Quien fuera la pesadilla de la policía Isabel Mora (Adriana Ugarte) en Parot, el aristócrata Haro, vuelve para vengarse de la jueza que le condenó a prisión después de los eventos acontecidos en la producción de 2021. Así, Perverso recupera a su carismático y maquiavélico protagonista, siendo este su mayor acierto.
Iván Massagué compone un personaje único que, aunque en un principio choque con los registros más cómicos los que el actor nos tiene acostumbrados, acaba calando y convenciendo por completo y ya es uno de los inolvidables en su carrera. Su voz rasgada, su quietud en el habla, su frialdad e instinto depredador y asesino o su delicadeza a la hora de sostener y manipular los objetos son únicas y hacen que los momentos de Haro en pantalla sean deliciosos, aunque se vean eclipsados por un reparto y trama corales.
Además, también vuelven al proyecto Alonso Laporta y Gustavo Ron, guionista y director de Parot, respectivamente, quienes esta vez ejercen como showrunners y directores junto a Federico Untermann. Onza Entertainment respalda la producción. La música corre a cargo de Vanessa Garde y aporta empaque y solidez a los diferentes episodios.
Una trama que va mejorando
Los primeros tres capítulos de Perverso suponen un arranque flojo para la ficción, ya que su argumento carece de gran interés y sus pocos giros de guion son bastante predecibles. Así, da la sensación de que ya hemos visto todo lo que se cuenta en ocasiones anteriores y que la serie no sabe hacerse con su propia personalidad o toque especial dentro del género policíaco-judicial.
Rostros conocidos de la interpretación como Jan Cornet, Pepe Ocio, Diana Palazón o Maria Jesús Hoyos se unen a Massagué y Miró en el elenco principal, pero no se respira alma o matices en sus personajes y da la sensación de que su construcción se queda a medio hacer, en el camino. Destaca la mexicana Esmeralda Pimentel como la abogada Mariana, un personaje fuerte y poderoso con el que nos regala grandes escenas junto a Iván Massagué.
El tercer capítulo de Perverso acaba con un cliffhanger a partir del cual la trama remonta en su tramo medio ofreciendo buenos y entretenidos capítulos que consiguen enganchar y elevar el atractivo de la producción. Sin embargo, acaba desembocando en un final un tanto inverosímil y surrealista que no logra convencer.
Los privilegios de la élite
Más allá de ser un thriller policíaco al uso, Perverso reflexiona sobre el sistema judicial español y su corrupción interna y de cómo todos sus integrantes acaban vendiéndose y traicionando a sus compañeros en pos de su propio beneficio. El dinero se convierte así en un personaje más de esta ficción, y se refleja de diferentes maneras en sus protagonistas.
De esta manera conocemos a Óscar (Jan Cornet), el “asesino de ricos” que actúa contra la élite empresarial y hace jugar a sus prisioneros al juego de mesa de Serpientes y Escaleras, toda una metáfora de cómo uno puede ascender y descender en los privilegios de la vida; a Mariana, quien dejó atrás una tormentosa vida en México y está dispuesta a todo por conseguir dinero para mantenerse a flote el resto de su vida, o al fiscal encarnado por Pepe Ocio, quien solo quiere ascender y conseguir una plaza en el gobierno del país.
Además, Perverso también habla de la importancia de la familia y del amor para no perder el norte. Lo vemos especialmente en el personaje de la jueza Lucía, quien no tiene una relación especialmente buena con su marido Rodrigo (Jorge Kent) o su hijo Fer (Guillermo Bedward), pero descubrirá capítulo a capítulo cuánto les necesita, o en cómo Óscar se refugia constantemente en el amor que le procesa la Madre Superiora del convento (Maria Jesús Hoyos).
En resumen, Perverso es un thriller policíaco más que no logra destacar o sorprender en su género. El spin-off de Parot es una historia de venganza y poder en la que se echa de menos una mayor profundidad psicológica de los personajes y unos giros de guion más sorprendentes y realistas. Con todo, es una ficción entretenida en la que destaca especialmente su villano Haro, con el que Ivan Massagué ya ha dejado su huella para el recuerdo.
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