La crónica negra española está de moda. La plaga de los True Crime comienza a girarse hacia nuestro país, y Netflix encabeza esta operación. Hasta hace unos años, La huella del crimen, con sus tres temporadas (la última, producida en 2021), era la gran serie española sobre asesinatos reales. Más tarde, Benito Zambrano dirigió uno de sus mejores títulos, Padre coraje, sobre el crimen de la gasolinera jerezana. La estampida de True Crime castizo es muy reciente, y tiene su último exponente en El caso Asunta, disponible en Netflix.
El asesinato de Asunta fue una de las investigaciones más seguidas por el público. Como dejaba claro el final de Tesis, y poniendo como pretexto la compasión, no hay nada que nos atraiga más que la violencia escabrosa. Las plataformas en streaming lo saben, y producen continuamente series y docuseries destinadas a satisfacer nuestra tenebrosa sed de crímenes, violaciones y secuestros. Y si estos delitos se perpetran cerca de nuestra casa, mejor aún. Te recomendamos cinco títulos de Netflix emplazados en España.
‘El cuerpo en llamas’
El crimen de la Guardia Urbana es, quizá, el mejor título que podemos encontrar en Netflix sobre nuestra crónica negra. Rosa Peral, además, le brindó a Úrsula Corberó la oportunidad de hacer una interpretación sobresaliente, llena de matices y socarronamente ambigua. El cuerpo en llamas se adentra en el asesinato de un policía y en los dos principales sospechosos: su mujer y el amante de esta, al que da vida Quim Gutiérrez. Víctima y posibles culpables visten el uniforme de la policía.
‘El caso Alcàsser’
Seguramente, este sea el crimen español más conocido de las últimas décadas. Gran parte de su notoriedad se la debe no sólo a quienes fueron sus víctimas (tres chicas adolescentes), sino al hecho de haber quedado sin resolver. En El caso Alcàsser, guionizado por Ramón Campos (productor de El caso Asunta), se recorre a través de sus cinco episodios el triple asesinato más inquietante y mediático de nuestra geografía.
‘¿Dónde está Marta?’
Más reciente pero igualmente desolador es el asesinato de Marta del Castillo, cuyo cadáver nunca se encontró. Pese a que sus asesinos fueron a la cárcel, estos nunca llegaron a revelar el paradero del cuerpo de Marta. Paula Cons (Lobos sucios) repasa estos días que mantuvieron a Sevilla y España en vilo, así como las horas de televisión basura que inspiraron.
‘El caso Wanninkhof-Carabantes’
Con el caso Wanninkhof, la presión pública cruzó una de esas líneas morales tan habitualmente transgredidas en los crímenes mediáticos. En 1999, Rocío Wanninkhof fue asesinada cuando sólo tenía 19 años. Dolores Vázquez, la novia de su madre fue encarcelada por el crimen pese a la ausencia de pruebas en su contra.
Lo que la empujó a la prisión, en realidad, fue su condición sexual, que puso a España en su contra. La que fuera la enemiga pública número 1 de su país volvió a las portadas de los medios cuando, en 2003, otra chica fue asesinada, la policía atrapó a su asesino y este confesó que era él quien estaba tras la muerte de Rocío Wanninkhof. Sin embargo, el mundo que había lapidado a Dolores Vázquez ya no estaba interesado en el caso.
‘Lucía en la telaraña’
Otro asesinato sin resolver para cerrar esta lista, el de Lucía Garrido, que fue encontrada muerta en 2008 en Alhaurín de la Torre. Esta docuserie se centra en la hermana de Lucía, Rosa, que junto a su marido (exguardia civil) comienza a desmadejar el hilo que conduce hasta el asesinato de Lucía. Las pistas la llevan al lado más macabro de la Costa del Sol: un mundo dominado por las bandas de narcotraficantes y el crimen organizado.
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