--Este artículo contiene SPOILERS hasta el episodio 6 de 'SUGAR'--
Sugar parecía una serie proclive a convertirse en un tranquilo lugar feliz dentro del catálogo de Apple TV+. Al menos para aquellos espectadores con el gusto apropiado para considerar un lugar feliz una intriga policial ambientada en Los Ángeles, protagonizada por Colin Farrell como detective cinéfilo y salpicada por constantes referencias al cine negro clásico cuyas imágenes incluso se insertan dentro de la narración.
El relato es sencillo y reconocible. Como el carisma de su protagonista, John Sugar (Farrell, en su registro cordero degollado con alma de fucker en vez de viceversa): un investigador profundamente aficionado al cine y rematadamente bueno en lo suyo. No solo ejerce el oficio detectivesco con la finura de un violinista reciclado en boxeador, sino que es más majo que las antiguas pesetas. Fíjate en cómo se dirige a todo el mundo por su nombre.
Mientras investiga la desaparición de la nieta de un legendario productor de Hollywood (James Cromwell, totémico), como es habitual Sugar irá deshilvanando una madeja mucho más turbia del lado oscuro de la gran urbe angelina, con cuestionables aliados tan magnéticos como la candorosa femme fatale on the rocks interpretada por Amy Ryan.
En definitiva, la serie creada por Mark Protosevich mostraba todos los ingredientes de una delicia cinéfilo-policiaca. Para paladear como si fuera ese whisky que no emborracha al protagonista, cuyos hielos chocan en el vaso con el brío de las imágenes de Fernando Meirelles (el director brasileño firma cinco de los ocho episodios) agitadas por el montaje de Fernando Stutz. Hasta que el final del episodio 6 desvela el giro sorpresa que puede cambiarlo todo.
'Sugar': final del episodio 6
Durante los seis episodios anteriores la excepcional pericia de John Sugar podía haber levantado sospechas, unido a su particular manera de procesar el alcohol, esa peculiar manera de dormir o que en determinado momento confesara a Melanie (Amy Ryan) que tenía "un enorme secreto". Pero el final del episodio 6 despeja esa duda en concreto sobre el protagonista, quizás planteando cientos más.
Como vemos en los últimos instantes del episodio, después de pincharse una de sus misteriosas inyecciones, John Sugar no es humano. Lo que vemos en su imagen reflejada por el espejo es el descubrimiento de que en realidad es un alienígena o, al menos, un ser particularmente extraño: con la piel de color azul Na'vi y la cabeza tan rapada como el Doctor Manhattan.
Mientras los espectadores intentan digerir las implicaciones de esta revelación que acaba en radical cliffhanger hasta la semana que viene, en People han publicado declaraciones de Simon Kinberg, uno de los productores ejecutivos, asegurando que este chocante giro de los acontecimientos estuvo a punto de costarle a Sugar la existencia porque ninguna plataforma quería tragar con este volantazo hacia la ciencia ficción cuando les ofrecieron la serie.
"A mucha gente le entusiasmaba el guion. Les encantaba porque Mark Protosevich ha escrito un guion hermoso y John Sugar es un personaje original y encantador", afirma Kinberg. "Pero en muchas de esas reuniones les daba miedo esta revelación. Creían que la combinación, o más bien la mezcla de géneros era demasiado arriesgada. En muchos sitios nos preguntaban por qué no podía ser simplemente una serie de detectives, que ya era muy buena así".
Finalmente, fue Apple TV+ donde Sugar encontró un hogar sin pegas ni concesiones. "Sentíamos que si eliminábamos esto le quitábamos algo a John Sugar, el personaje", continúa Kinberg. "Así que no fue nada fácil convencer a todo el mundo, pero en Apple fueron los que más apoyaron esta visión que nadie más compartía. Ahora pienso que una vez que la gente vea el episodio ya serán incapaces de imaginar la serie sin este elemento".
La primera temporada de Sugar se compone de ocho episodios, así que quedan dos más para ver qué tal responden los espectadores de Apple TV+ a la gran revelación. Eso determinará las posibilidades de que la plataforma decida renovar la serie para una segunda temporada o no.
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