Corría el minuto 61 de la segunda parte. El Barça ganaba 2-1 al Celta de Vigo, pero los gallegos tenían ocasiones de peligro ante Víctor Valdés. Como la de Iago Aspas desde línea de fondo ante el cancerbero, que se fue rozando el palo.
Fue entonces cuando Andrés Iniesta se sacó un pase perfecto de la chistera, hacia David Villa. El manchego, que hizo de él y de Xavi en este encuentro, vio al 'Guaje' y éste el desmarque de Jordi Alba como un correcaminos por la banda izquierda.
El lateral se quedó solo ante Iago Aspas, hizo un expléndido regate e introdujo el balón en la portería rival para sentenciar el partido. Un golazo, si no fuera porque estaba en fuera de juego que ni Fernández Borbalán ni su asistente vieron.
Hasta ese momento el Celta había puesto en apuros al Barça en varias ocasiones, además del gol de Mario Bermejo.
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