La final de la Champions que enfrenta al Atlético de Madrid con el Real Madrid comenzó en las calles de Milán. Este viernes, las redes sociales enloquecieron tras conocer la prohibición de consumir bebida alcohólicas en las Fan Zone de ambos equipos.
El recinto habilitado para la afición colchonera está en la Piazza Duca D'Aosta y el de los madridistas en la Vía del Burchiello. El veto a las bebidas de alta graduación —que pretende que reine el buen ambiente como en la final de Lisboa de 2014— ha hecho que la demanda de cerveza aumente con el paso de las horas.
Las estrellas de la previa son, por tanto, los vendedores ambulantes que ayudan a que las dos hinchadas se refresquen. Como en la mayoría de ciudades italianas, en Milán no se vende hielo como en España por lo que el calor tiene un precio: una lata de la cerveza cuesta 5 euros.
Los claros vencedores en la Champions de la calle son, por tanto, los tenderos que cotizan al alza la preciada bebida de lúpulo en una jornada en la que es vital para calmar los nervios y los 30º de temperatura.
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