En la inauguración, estuvo presente, además, el lehendakari, Juan José Ibarretxe, quien denunció también la "extorsión injusta e inhumana" a la que son sometidos los empresarios y se mostró dispuesto a "arriesgar al máximo" para que finalmente se logre la pacificación.
Felipe de Borbón aprovechó su intervención para manifestar su apoyo y reconocimiento al papel de los empresarios por su "fundamental contribución al desarrollo y bienestar de la sociedad vasca".
En este sentido, expresó su condena y rechazo a las "inaceptables acciones, amenazas y extorsiones de los terroristas que afectan al libre ejercicio de los derechos y libertades de los empresarios y de todos los ciudadanos".
"Estamos convencidos de que el pleno respeto a nuestro marco de libre y pacífica convivencia democrática nos permitirá continuar el creciente progreso económico y social del País Vasco y del resto de España", añadió.
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