El Tribunal de la ciudad de Aarhus afirma que aunque no se puede descartar que algunos musulmanes se sintieran ofendidos por los doce dibujos publicados por el 'Jyllands-Posten', no hay ninguna razón para asumir que los dibujos buscaban "subestimar a los musulmanes".
El diario publicó las caricaturas el 30 de septiembre de 2005 con un texto acompañándolas en el que se decía que se pretendía retar a la presunta autocensura entre los artistas por temor a ofender al Islam.
En enero y febrero, los dibujos volvieron a ser publicados por la prensa europea, desencadenando una ola de violentas protestas en el mundo islámico que dejaron a manifestantes muertos en Libia y Afganistán y varias embajadas europeas atacadas.
El Islam prohíbe cualquier representación del profeta para evitar la idolatría.
Los siete grupos musulmanes presentaron la denuncia por difamación contra el diario en marzo, después de que el fiscal general danés rechazara presentar cargos criminales, afirmando que los dibujos no violaban las leyes contra el racismo o la blasfemia.
Los demandantes, que afirman contar con el respaldo de 20 organizaciones islámicas más en Dinamarca, pedían 100.000 coronas (13.400 euros) en daños al editor del 'Jyllands-Posten', Carsten Juste, y al redactor jefe de Cultura, Flemming Rose, que supervisaron el proyecto de las caricaturas.
La denuncia afirmaba que los dibujos mostraban a Mahoma como "beligerante, opresor de mujeres, criminal, loco y no inteligente, y establecían una conexión entre el profeta y la guerra y el terror". Asimismo, consideraban que las caricaturas se publicaron "exclusivamente para provocar y mofarse no sólo del profeta Mahoma sino también de la población musulmana".
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