El Ajuntament de Barcelona ha sido condenado a indemnizar con 120.202 euros a la familia de un motorista que murió en 2001 al caer de su ciclomotor por el mal estado de la calzada.
El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha estimado la demanda presentada por los padres de la víctima y ha concluido que "la única causa del accidente fue el mal estado del pavimento".
La sentencia dice que "la calzada no estaba en buen estado" ya que existía un hundimiento del firme al que le faltaba parte de la grava, estaba sin asfaltar y tenía una superficie de cemento resbaladiza y raspada" que provoco que la rueda de detrás del Scoopy patinara y el conductor perdiera el control del vehículo.
El TSJA ha descartado cualquier temeridad del conductor ya que conducía a la velocidad adecuada por lo que atribuye toda la responsabilidad al ayuntamiento ya que "debe mantener las vías de circulació en condiciones de seguridad".
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