Un juez prohíbe por primera vez entrar en el metro a un veterano clan de mujeres carteristas

  • Las cinco mujeres conformaban el 'clan de las bosnias', que llevaba 10 años robando a los viajeros del metropolitano.
  • Fueron detenidas recientemente acusadas de constituir un grupo criminal.
  • Ahora, la Policía podrá detenerlas en cuanto entren en una estación y se exponen a una multasi violan la medida.
El 'clan de las bosnias' actuando en el metro de Madrid en una imagen captada por las cámaras de seguridad.
El 'clan de las bosnias' actuando en el metro de Madrid en una imagen captada por las cámaras de seguridad.
Policía Nacional
El 'clan de las bosnias' actuando en el metro de Madrid en una imagen captada por las cámaras de seguridad.

El 'clan de las bosnias' ya no puede pisar el metro de Madrid. Adolfo Carretero, titular del juzgado de Instrucción 47 de Madrid, ha impuesto a las cinco componentes de este grupo de veteranas carteristas la prohibición de entrar en el subterráneo so pena de ser detenidas inmediatamente por la Policía Nacional. Además, si violan la medida preventiva, las mujeres se exponen a una multa con una cuantía diaria hasta de 24 meses.

Esta 'orden de alejamiento' de los pasajeros de Metro no tiene precedentes en Madrid. Estará vigente hasta que se celebre el juicio, en el que las ladronas serán acusadas, también por primera vez, de constituir un grupo criminal organizado. Ello implica penas de entre 3 meses y un año de cárcel si tres o más personas actúan unidas para "realizar de forma permanente o reiterada" determinados delitos y faltas.

El juez ha recurrido a este tipo penal, que se incorporó al Código Penal en 2010 (artículo 570), para tratar de acabar con la multirreincidencia del grupo, que se valía de la laxitud jurídica hasta el momento para seguir delinquiendo a pesar de que entre todas sus componentes acumulaban más de 330 antecedentes policiales, fundamentalmente por hurto.

Aprovechaban las aglomeraciones

El 'clan de las bosnias' llevaba 10 años actuando en Madrid. Hasta el momento, la Policía solo podía detenerlas si eran sorprendidas en el momento de la acción. Los vigilantes de seguridad de Metro simplemente las expulsaba cuando las localizaba buscando víctimas. Nunca llevaban encima cantidades mayores (hasta 300-400 euros) para evitar que se les acusase de robo. A pesar de las numerosas denuncias contra ellas, seguían en la calle.

Actuaban en grupo, disfrazadas de turistas y simulando aglomeraciones a la entrada y salida de los vagones en las estaciones más concurridas. En ese momento, aprovechaban la confusión para robar bolsos y carteras. Una de ellas marcaba a las víctimas y otra cometía el hurto. El resto actuaba de pantalla. También se hacían con maletines o enseres al descuido, cuando los viajeros cargados de maletas o que acudían a grandes eventos se distraían.

A partir de ahora, su 'trabajo' se volverá mucho más difícil.

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