Un estudio certifica que 20.000 vecinos de Vallecas padecen la pestilencia de Valdemingómez

  • Ha sido encargado y financiado por la asociación de vecinos del Ensanche, el centro comercial La Gavia y la Obra Social La Caixa.
  • Sus datos contradicen los informes municipales, que aseguran que el antiguo vertedero no causa problemas a los vecinos.
  • PDF | Informe sobre los olores de Valdemingómez.

Los casi 20.000 residentes del Ensanche de Vallecas ya pueden denunciar los malos olores que padecen con algo más que sus propios testimonios. Un estudio encargado a la empresa catalana Socioenginyeria y pagado por los propios vecinos, el Centro Comercial La Gavia y la Obra Social La Caixa ha certificado que sufren olores "inaceptables" durante períodos prolongados de tiempo. Su origen, está claro: el eufemísticamente bautizado como Parque Tecnológico de Valdemingómez.

El informe, de 150 páginas, se ha elaborado a partir de 696 mediciones realizadas en dos puntos distintos del PAU entre los meses de julio y diciembre de 2012. Los aparatos utilizados registraron fuertes olores en el 31% de los casos.

Por lo general, los efluvios se correspondían con rachas de pestilencia de entre 1 y diez 10 minutos de duración, aunque sus efectos se dejan notar durante más tiempo. De acuerdo a su composición, en el 56% de las ocasiones los hedores pertenecían a basura. También había aceites (17%), biogás (14%) y tufo a quemado o ceniza (10%). Eso, como mínimo, ya que no se evaluaron los peores escenarios posibles.

España carece de legislación sobre contaminación odorífera, aunque sí existen criterios de referencia en varios países europeos (entre ellos, Holanda) y legislación en EE UU. A partir de ellas, Socioenginyeria elaboró un índice según el cual los vecinos del Ensanche superaban las 175 horas al año de malos olores.

Mediciones sobre el terreno

La metodología a la que ha recurrido la Asociación de Vecinos, conocida como olfatometría de campo, es novedosa en España, aunque no desconocida. Dos sentencias judiciales sobre casos similares han validado la tecnología que utiliza, originaria de EE UU.

"Recurrimos a ella para poder contrarrestar los estudios del Ayuntamiento, que dicen que a principios de 2012 habían reducido los olores que vienen de Valdemingómez un 80%, cuando es mentira. Ha bajado, pero no tanto", explican desde la comisión de Medio Ambiente de la asociación de vecinos.

La diferencia es que, al contrario que las empresas contratadas por el Consistorio, el trabajo de campo hace mediciones continuadas sobre el terreno.

"El Ayuntamiento tomó algunas muestras de aire, las llevó al laboratorio e hizo una simulación por ordenador. Nosotros hicimos casi 700 mediciones y fuimos capaces de recoger la frecuencia, la intensidad, el tiempo, el origen y el tipo de olores que llegaban dependiendo, además, del viento que soplaba cada momento. Los picos, en algunos casos, son preocupantes y muestran que la calidad del aire respirado es mala", detalla el José Francisco Cid, doctor en Química Analítica del Medio Ambiente y la Polución y director técnico de Socioenginyeria.

Apoyo del Defensor del Pueblo

Los 'aromas' del antiguo vertedero, hoy convertido en el complejo de tratamiento de basuras más grande de España, son tema de discusión desde 2008. El Ayuntamiento siempre ha asegurado en sus informes (2009 y 2012) que esta contaminación ni es para tanto ni es perjudicial para la salud. Así lo ratificó Alberto Ruiz-Gallardón durante su época de alcalde, cuando la actual primera edil, Ana Botella, ocupaba, precisamente, la cartera de Medio Ambiente.

Desde 2008, el Defensor del Pueblo viene alertando sistemáticamente a la corporación municipal para que tome medidas, ya que los olores también llegan al municipio de Rivas. A raíz de ello, Valdemingómez canceló en 2011 el compostaje al aire libre en una de sus plantas (Las Lomas), pero no fue suficiente.

También en 2011, el Defensor abroncó de nuevo a Gallardón: "La responsabilidad es del Ayuntamiento, que es a la vez la administración titular y la titular de la potestad planificadora". Según la institución, la distancia de separación legal de 2.000 metros entre la planta y las viviendas "no es suficiente". Además, sentenció que el departamento de Urbanismo planificó edificios en el Ensanche a sabiendas de que el problema con los olores existía.

Hoy, los vecinos siguen denunciando que padecen episodios de nauseas, mareos, eczemas o, en el caso de los alérgicos, más problemas respiratorios de lo normal. Según el estudio, el problema nace del propio funcionamiento del vertedero: apertura de los dispostivos de encerramiento, limpieza de los sistemas de purificación, evacuación de los sistemas a presiones elevadas y que los biofiltros y las torres de lavado no consiguen elminar los olores.

"Las peores zonas son las de Las Suertes y Valdecarros, entre la M-45 y la M-50. Yo vivo en La Gavia, más lejos, y, aun así, se nota", explica Sergio a 20minutos. "Es verdad que ahora se percibe menos veces, pero sigue ocurriendo. Lo ves más en verano, cuando tienes que cerrar las ventanas. Viene y se va. Cuando te quieres dar cuenta, despiertas de madrugada y tienes la peste metida en toda la casa", añade Hans.

La conclusión del informe independiente, que ha costado "varios miles de euros", concluye que la contaminación odorífera "ni es mínima, ni es inevitable, ni es asumible y, por tanto, es inaceptable, porque provoca incomodidades en períodos del día en los que se ve afectado

el normal desarrollo de las actividades de los vecinos".

Los vecinos tiene previsto entregar la investigación tanto al Defensor del Pueblo como al Ayuntamiento en los próximos días. Inmediatamente después, solicitarán una reunión con el departamento de Medio Ambiente. "Esto no va a quedar así. Tiene que arreglarse", zanjan.

"Hay gente que se ha ido porque no podía aguantarlo"

Cuando José Luis, de 57 años, abre la ventana de su casa o la puerta de la calle, lo primero que espera es no sentir una bofetada pestilente. "Somo cuatro en la familia. Si hubiese sabido lo de los olores, no nos compramos el piso hace cuatro años. Cuando veníamos a ver el barrio, no se notaba nada. He llegado a salir a comprar o pasear, pero me he dado la vuelta porque no aguantaba", se lamenta.

Sus amigos, se extrañan cuando le visitan: "Nos dicen que cómo podemos aguantarlo, pero a ver quién vende tal y como están las cosas. Hay quién ha tenido suerte ya se ha marchado". "El Ayuntamiento tiene que hacer algo. ¿Cómo pudieron hacer casas aquí?", denuncia.

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