La recesión "toca fondo", pero la crisis económica persistirá al menos dos años más en España

  • Cada vez aparecen más indicadores positivos, como el desempleo, la reducción del déficit, la confianza de los consumidores y las exportaciones, entre otros.
  • Sin embargo, la tasa de paro es de las mayores de Europa, el consumo sigue descendiendo y el crecimiento económico está aún por llegar.
  • Analistas y economistas consultados por este diario apuntan a las recuperaciones de Francia y Alemania como impulsos para España.
Oficina de empleo de la calle Orense de Madrid.
Oficina de empleo de la calle Orense de Madrid.
Beatriz Velardiez / EFE
Oficina de empleo de la calle Orense de Madrid.

No lo proclama aún a los cuatro vientos, pero el Gobierno lleva semanas instalado en el discurso de que la recuperación económica ha venido a España para quedarse. A los datos oficiales del paro, que aglutinan ya seis meses consecutivos de descenso, se suman las mejores perspectivas en cuanto al crecimiento económico (el Ejecutivo espera que el tercer trimestre ya constate un leve crecimiento) y el relajamiento de la prima de riesgo.

"La evolución cíclica de la economía ha llegado al punto de inflexión que modificará su tendencia", explicó el pasado jueves 29 el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre. En esta misma línea, el pasado lunes, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mentalizó a la dirección de su partido acerca de los síntomas de recuperación de la economía española.

¿Hay razones para compartir el optimismo del Gobierno? Tanto los analistas consultados por este diario como los datos de coyuntura invitan a mantener la cautela, ya que "aún es pronto y ya nos ocurrió en 201o que dimos por acabada la crisis demasiado pronto", tal como recuerda Jordi Fabregat, director del Executive Máster en Dirección Económico-Financiera de la escuela de negocios Esade.

"Sí que se percibe desde hace meses un cambio de tendencia, con el que parece que podríamos empezar a salir el año que viene. Parece que hemos tocado fondo", opina el profesor Fabregat. También "cauteloso" prefiere mantenerse Christian Torres, socio director de la firma de inversión Solventis, para quien se puede hablar de una "ralentización en el empeoramiento, aunque en ningún caso se puede dar cabida a la complacencia".

Las cifras, buenas y malas, de España

  • Desempleo: Aunque el mercado laboral español ha experimentado seis meses consecutivos de reducción en el número de parados, las cifras están lejos de ser positivas y aún generan dudas entre los economistas. Y es que el paro registrado del pasado mes de agosto es el más alto de toda la serie histórica (4,6 millones). Además, los últimos datos de Eurostat (correspondientes a julio) reflejaban una tasa real de desempleo del 26,3%, la segunda tasa más alta, solo por debajo de Grecia. El problema es que organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostican que el paro no comenzará a descender de forma perceptible hasta 2014, y "con estos niveles de parados no se puede hablar seriamente de recuperación; en el tramo de población joven las tasas ya son intolerables", explica Torres. Todos los analistas consultados explican que con los actuales y futuros niveles de crecimiento de la economía española (caída del -1,6% en 2013 y leve recuperación del 0,7% en 2014) no se podrá crear empleo de forma sostenida. Para ello, argumentan, hace falta una tasa de crecimiento de un mínimo del 1,5%.

  • Consumo interno: Los altos niveles de desempleo, unidos al alto endeudamiento de familias y empresas, provocan que el consumo interno en España esté bajo mínimos. Así, las ventas del comercio minorista llevan encadenados ya 37 meses de descensos consecutivos, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Pese a esta realidad, las encuestas oficiales del CIS apuntan a que la confianza de los consumidores han aumentado los últimos meses, hasta casi duplicar los niveles registrados en agosto de 2012. La ciudadanía, según el CIS, se muestra más optimista respecto a la evolución futura del mercado laboral. El consumo interno es el principal componente del producto interior bruto español, y pese a que el sector exterior está mostrando grandes mejorías, es difícil que tire de la economía en su conjunto.

  • Exportaciones: A falta de una demanda interior fuerte, es la demanda externa la que está demostrando un mejor comportamiento. Entre abril y junio las exportaciones (últimos datos disponibles) crecieron un 6% respecto al año anterior, lo que casi permitió presentar una evolución plana del PIB en el pasado trimestre. Los buenos datos del turismo en lo que va de año han permitido ganar cuota con el exterior y dejar la balanza comercial (que históricamente ha supuesto un déficit para España) en superávit por primera vez desde 1997. La intención de las autoridades es que el peso de las exportaciones siga creciendo, pero para ello hace falta que Alemania y Francia salgan definitivamente de sus respectivas crisis. "Si los dos motores de la economía europea van a mejor, será la mejor noticia para la economía española; seguimos siendo un país de servicios", sostiene Torres.

  • Crédito a familias y empresas: La falta de crédito es una de las razones que explican la crisis en España. La banca está en la fase final de su proceso de reestructuración y obligada a cumplir nuevos requerimientos de provisiones (por créditos dudosos y refinanciaciones, por ejemplo), lo que ha restringido aún más el acceso al crédito. Es por esto que el FMI ha instado a España a llevar a cabo medidas que dinamicen el crédito y lo hagan llegar a la economía real. "La falta de crédito ahonda en la recesión", señala este organismo, al tiempo que propone limitar el pago de dividendos a los accionistas (para reforzar el capital de los bancos). El problema, tal como argumentan las propias entidades financieras, es que no existe ahora mismo una demanda solvente a la que dar crédito. Y como muestra señalan la tasa de morosidad, que en junio marcó un nuevo récord y se situó en el 11,61%. Y eso sin contar los más de 36.000 millones de euros en créditos fallidos y activos tóxicos que se traspasaron en enero al Sareb (banco malo). Apenas una semana después de la recomendación lanzada por el FMI, el Gobierno adelantó su intención de aprobar una ley que ampliará la definición legal de pyme, lo que permitirá a más empresas entrar en esta categoría y facilitarles el acceso a la financiación.

  • Prima de riesgo: Tras varios veranos en los que situaba a España al borde del rescate, la prima de riesgo parece haberse estabilizado en una zona (alrededor de los 250 puntos) que, si bien sigue alta, es más asumible para las cuentas públicas. Y es que el hecho de que el diferencial de la deuda pública española se reduzca con respecto a la alemana (la percibida como más fiable) no solo es un termómetro que indica que los mercados confían ahora más en España, sino que supone un ahorro de miles de millones de euros para las arcas públicas. "Permitirá que la factura por los intereses de la deuda pública baje a alrededor de 33.500 millones frente a los 38.589 millones que se presupuestaron en un principio", ha señalado el ministro de Economía, Luis de Guindos. En una situación como la actual, con las cuentas públicas en un constante déficit, este ahorro supone un auténtico respiro.

  • Déficit público: España, tras tres años de incumplimientos, ha adquirido el compromiso con las autoridades europeas de finalizar el año con un déficit público no superior al 6,5%. Para ello se han presentado los planes nacionales de reformas y se han aprobado los recortes de gasto e inversión en los presupuestos generales de este año. El problema es que la progresiva caída de la actividad económica provocada en parte por estos ajustes han deprimido aún más los ingresos públicos vía impuestos, lo que complica la consecución de los objetivos. Así, el Estado ha finalizado el mes de junio con un déficit del 4,38% del PIB.
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