No, para nada. Es verdad que a mí me gustaría que se lo llevaran Blanca Portillo o Carmen Maura, pero Ariadna también es una compañera y tiene que ganar la mejor.

Podrían tomar nota de Cannes y darles a todas un Goya colectivo…

BIO Nació en Madrid en 1972. Debutó en Mensaka y su consagración llegó en 2004 con un Goya por Mar adentro, de Amenábar.

Sería estupendo, pero no se puede. Además faltaría Yohana Cobo, que también fue compañera en Volver y que se lo merece tanto como nosotras.

¿Tiene confianza en llevarse el Goya?

No, no tengo ninguna esperanza. Yo creo que se lo van a dar o a Carmen o a Blanca. Es una intuición.

¿Por qué está tan segura de que perderá?

No lo sé, es una premonición. Estoy segura de que no me van a dar el Goya, pero no me importa en absoluto. Estoy contentísima, y cuando vea a mis compañeras recogerlo voy a estar feliz igualmente.

De todas formas, si gana, ¿a quién se lo va a dedicar?

Lo tengo claro: a Carmen Maura, Blanca Portillo y Yohana Cobo. Las quiero muchísimo.

Cuatro películas han copado casi todas las nominaciones. ¿Debería la Academia dejar sitio también a las demás?

Es algo inevitable. Casi todos los años pasa igual, y da un poco de pena porque hay trabajos de actores en otras películas que son igualmente maravillosos, pero que no tienen ninguna posibilidad de ser nominados porque nadie ha visto sus películas.

Usted ha tenido suerte en ese aspecto…

Sí. Cuando empecé lo tenía claro: o hago un peliculón gordo o no me llevo el Goya en la vida. Aunque también hay excepciones, como pasó con Solas o ahora con Azuloscurocasinegro, filmes pequeños que se han hecho notar.

Y esa oportunidad le llegó con Mar adentro.

Aquello fue la bomba. Los Goya fueron la bomba. Todo fue maravilloso.

¿Podía imaginar cuando estudiaba en el Teatro de la Abadía que algún día optaría a ganar su segundo Goya?

Lo deseaba muchísimo, tanto, que al final me ha pasado. He llegado hasta aquí por puro deseo.