Los indicadores más sociales empeoran en detrimento de los empresariales en la 'era Rajoy'

  • Datos como la balanza de pagos o los costes laborales impulsan la actividad corporativa, pero no se traducen en mejoras inmediatas para la ciudadanía.
  • Los salarios, la tasa de desempleo, o el grifo del crédito, con incidencia directa en la población, no han hecho sino empeorar desde finales de 2011.
  • "La calificación de España es más baja que la de otras grandes economías, reflejando los grandes riesgos de su solvencia", advierten desde la agencia Fitch.
La Bolsa de Madrid cierra en verde y marca su sexto máximo anual consecutivo tras conocerse el acuerdo en Estados Unidos.
La Bolsa de Madrid cierra en verde y marca su sexto máximo anual consecutivo tras conocerse el acuerdo en Estados Unidos.
EFE
La Bolsa de Madrid cierra en verde y marca su sexto máximo anual consecutivo tras conocerse el acuerdo en Estados Unidos.

España ha salido de la recesión (el PIB aumentó una décima en el tercer trimestre, después de nueve trimestres de caída), pero a la vista de los principales indicadores económicos, queda aún un trecho para poder afirmar que la crisis ha quedado atrás. Expertos y analistas consultados por 20minutos.es estiman que perdurará al menos otros dos años.

Dos años; el mismo periodo de tiempo que lleva Mariano Rajoy al frente del Gobierno. Desde su llegada y hasta el momento, tras decenas de reformas y recortes, casi la mitad de los principales indicadores de la economía española -medidos por instituciones como el Instituto Nacional de Estadística (INE) o la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas)- han mejorado, si bien con matices. No mejoran para todos por igual.

De forma general, han mejorado los indicadores que pueden beneficiar por encima de todo a los empresarios y a la actividad empresarial. Así, por ejemplo, se ha acelerado la bajada del precio de la mano de obra (lo que beneficia al empresariado pero no a los trabajadores), y la balanza de pagos con el exterior ahora es favorable a España. También se ha incrementado el interés por invertir en empresas españolas, como demuestra el alza de la Bolsa.

Por su parte, la prima de riesgo, que ahora está más baja que dos años atrás, también es un indicador que no afecta de una forma inmediata a los ciudadanos, como sí lo hace a las empresas. La población, a largo plazo, pagará menos impuestos por la deuda pública más barata, pero las compañías se benefician ya mismo de unos tipos de interés más bajos. Otros indicadores, como el desempleo y el flujo del crédito, tienen en la ciudadanía en su conjunto a su mayor perjudicado.

Optimismo contenido

A pesar de esta coyuntura, analistas como Ignacio de la Torre, de la firma de asesoramiento financiero Arcano Group, ven el vaso medio lleno. En su reciente informe The case for Spain II concluye que aunque España sigue afrontando importantes riesgos, "existe un importante potencial alcista de medio plazo". Sostiene además que será ya en 2014 cuando el crédito se recupere y acabe el desapalancamiento del sector financiero. De la misma opinión son también representates de las pequeñas empresas y otros servicios de estudio españoles: Aunque tímida, la evolución es claramente al alza.

Más prudente es, por su parte, la agencia de calificación crediticia Fitch Ratings, que en su último informe sobre España hace un balance con claroscuros. "La calificación de España es más baja que la de otras grandes economías, reflejando los grandes riesgos de su solvencia en relación a sus ajustes económicos y financieros".

La agencia, en un informe al que ha tenido acceso este diario, ve finalizada la recesión, pero estima un crecimiento tibio en 2014 (0,5%), así como otras debilidades, como el largo camino de ajustes pendientes para estabilizar las cuentas públicas y el endeudamiento de todo el país: "Proyectamos que la deuda pública española superará el 100% del PIB en 2015/2016" a pesar de la recuperación económica.

Indicadores, uno a uno

  • Producto Interior Bruto (PIB): Es el principal indicador utilizado por todos los organismos nacionales e internacionales para medir el crecimiento económico. En 2011 el PIB anual experimentó un leve repunte de apenas el 0,1%. En lo que va de 2013, por su parte, acumula un descenso del -1,6%, después de haber caído otro tanto en el ejercicio 2012. En el lado positivo, el último dato trimestral (relativo al periodo de julio a septiembre), que constata un cambio de tendencia, si bien el conjunto de los analistas no esperan que supere el 0,8% en todo el año que viene.

  • Índice de Producción Industrial (IPI): Este índice mide todo tipo de actividades industriales, como el procesado y conservación de frutas y hortalizas, la fabricación de maquinaria o la producción y transporte de energía eléctrica. Antes de que llegara Mariano Rajoy a la Moncloa, el IPI (corregidos los efectos estacionales) registraba un descenso del -1,4%. En lo que va de 2013 la caída es aún mayor: disminución del -2,2%, si bien en tasa interanual sí que constata un incremento del 3,5%.

  • Empleo y desempleo: El año que se produjo el cambio de Gobierno, el empleo (que empezó a destruirse ya en 2008) descendía un 2,2%, según los datos de contabilidad nacional del INE. Tras las dos reformas laborales del Ejecutivo popular, el descenso en el número de trabajadores no solo no se ha frenado, sino que se ha duplicado: -4,2% de desplome en lo que va de año. Esta caída de la actividad tiene su reflejo también en la tasa de paro. A finales de 2011 el porcentaje de población activa que no trabajaba era el 21,6%; dos años después la tasa de paro, aunque está a la baja, roza el 26%, según la EPA.

  • Índice de Precios (IPC): Los precios en España, que históricamente han estado por encima de la media europea, lo que ha lastrado la competitividad de la economía, han dado un vuelco desde la llegada de Rajoy al Gobierno. La tasa media de aumento en 2011 alcanzaba el 3,2%. Actualmente, en el conjunto del año los precios se han mantenido estancados, y caen un -0,1% en tasa anual, lo que ha despertado el miedo a la deflación. Precisamente para evitar cualquier peligro en este sentido, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, redujo la pasada semana los tipos de interés a su mínimo histórico: 0,25%. Otro aspecto negativo que muestran los indicadores económicos es que la inflación subyacente (aquella que no contabiliza los productos y servicios con precios más volátiles) no solo no ha descendido, sino que ha aumentado una décima, situándose en el 1,8% a noviembre de 2013.

  • Coste laboral por unidad producida: Este indicador sirve para medir las ganancias de competitividad de la economía española, lo que en teoría favorecerá las exportaciones y, por tanto, la actividad económica. En 2011 los costes laborales unitarios ya caían un 1%, y esta tendencia no ha hecho sino aumentar gracias a las reformas laborales (que permitían a las empresas reducir salarios en detrimento del despido). Así, en el presente ejercicio se han reducido un 2,8%, que se suma al descenso del 3% registrado en 2012.

  • Balanza de pagos: La balanza señala el grado de dependencia de una economía con el exterior, y a la larga marca el nivel de endeudamiento de un país. Antes de que Rajoy llegara al poder el saldo era negativo en más de 3.315 millones de euros. Gracias a la caída de la demanda interna y el aumento de las exportaciones esta tendencia se ha revertido y la balanza de pagos actualmente registra un superávit de unos 326 millones de euros, según los datos recopilados por Funcas.

  • Déficit público: Desde 2010, cuando los socios europeos forzaron a España a controlar sus cuentas públicas, el déficit de las administraciones es uno de los indicadores clave de la actualidad económica, en tanto que es uno de los que mide el grado de cumplimiento de los españoles respecto a sus compromisos de ajuste. En el último año de Zapatero en el Ejecutivo el déficit público superaba el 9,6%. En lo que va de año, y a falta de conocer los datos definitivos, el saldo negativo de las administraciones supera el 6,7%.

  • Tipo de la deuda pública a 10 años: Aunque el indicador más mediático es la prima de riesgo (comparación de la deuda española frente a la alemana), la clave para España es el interés al que tiene que colocar el Tesoro sus instrumentos de deuda pública. Los bonos a 10 años, antes de que llegara Rajoy a la Moncloa, cotizaban al 5,44% de media. En lo que va de 2013, por su parte, el tipo medio es más asequible, y ronda el 4,72%.

  • Financiación a empresas y familias: Una de las condiciones para que una economía crezca es que fluya el crédito de los bancos a los hogares y el tejido empresarial. Esta situación está lejos de alcanzarse, a la vista de la evolución en los últimos dos años: Si la financiación ya caía un 2,1% en el conjunto de 2011, la media descenso del presente año es más del doble: -5,1%. Mientras el sector financiero siga reestructurándose y reduciendo su tamaño, no es de esperar que los préstamos vuelvan a circular.

  • Índice de la Bolsa: Como si de un indicador sobre el clima del mercado se tratara, la renta variable española permite conocer si la inversión en España está al alza o a la baja. Los datos son concluyentes: La Bolsa se ha revalorizado casi un 18% entre 2011 y 2013.
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