Todo el municipio de Friol, enclavado en el extremo occidental de la provincia de Lugo, llora la muerte de su soldado Iodia Rodríguez Buján, que a sus 23 años dejó la vida en una misión de paz en Afganistán.

Su cuerpo ya se encuentra, por expreso deseo de la familia, en un tanatorio de la capital del municipio, distante unos 8 kilómetros de la casa paterna de San Mamede de Nodar, donde el dolor es aún más intenso.

El mal tiempo y la gran afluencia de personas prevista ha llevado a la familia de Idoia a decidir que el funeral de mañana por la joven se celebre en el polideportivo de Friol.

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, asistirá mañana al funeral, según indicó el secretario de organización del PSOE, José Blanco, tras visitar a la familia de la fallecida en la capilla ardiente.

Esta tarde, a las 21.30 horas, tendrá lugar una misa en el tanatorio donde se encuentra el cuerpo de la fallecida.

Llegó de madrugada a Santiago

El avión Boeing 707 de la Fuerza Aérea Española que traslada los restos mortales de la soldado llegó al aeropuerto de Lavacolla (Santiago de Compostela) a las 03.18 horas, procedente de la Base Aérea de Manás (Kirguistán), siendo recibido por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.Apenas quince minutos después descendieron del avión cuatro militares, entre los que se encontraba el novio de la soldado fallecida, que también formaba parte del contingente de la Brigada Ligera Aerotransportable (BRILAT) destinada en el país asiático.

Tras abrazarse con una familiar y con el presidente del Gobierno, el novio de la soldado fallecida se fundió en un abrazo que duró más de veinte minutos con la madre de Idoia Rodríguez Buján, que se encontraba en una silla, ya que estaba sensiblemente emocionada.

También estuvo presente en la ceremonia el oficial que le acompañaba en el vehículo blindado sanitario, el alférez César Muñoz, que resultó herido con diversas contusiones.

Sobre las 03.45 minutos un grupo compuesto por ocho militares de la BRILAT llevó a hombros el féretro de Idoia, mientras eran escoltados por diez soldados más, al son de los tambores que marcaban el paso lento, los restos mortales de la fallecida hasta el hangar dispuesto para celebrar la ceremonia.

Una vez depositado el féretro sobre un soporte, la familia de la soldado se abalanzó sobre el mismo y llevada por la emoción, la madre de Idoia sufrió un desvanecimiento, por lo que fue llevada a otro lugar por su marido, el novio de Idoia y otros familiares.

Acto seguido el presidente del Gobierno y el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, impusieron la Cruz del Mérito Militar con distintivo amarillo, así como la medalla de la OTAN, sobre el féretro que permanecía cubierto con una bandera de España.

Rodríguez Zapatero entregó las medallas a los familiares, ya que la madre y el padre todavía no habían regresado. Lo hicieron minutos más tarde, cuando ya habían retirado el cadáver a una sala adyacente para su reconocimiento.

Una vez finalizado el acto, el presidente del Gobierno se despidió de las autoridades civiles y militares presentes, y despegó rumbo a Madrid a las 04.20 horas.