Ropa, joyas y accesorios de los Tudor  y los Estuardo: dinastías británicas amantes de la moda

  • En los siglos XVI y XVII, los monarcas británicos y sus cortes eran referentes de la moda y se distinguían por su estilo innovador.
  • Una exposición selecciona de la Colección Real de la reina Isabel II pinturas, joyas, ropa y accesorios de una época marcada por prendas elaboradas y complejas.
  • Hay guantes para 'alargar' dedos, complementos extravagantes, retratos de reyes y nobles con atuendos aparatosos o rompedores...
Retrato de María de Módena (1658-1718), mujer de Jacobo II de Inglaterra
Retrato de María de Módena (1658-1718), mujer de Jacobo II de Inglaterra
Simon Verelst - Royal Collection Trust/ © Her Majesty Queen Elizabeth II 2014
Retrato de María de Módena (1658-1718), mujer de Jacobo II de Inglaterra

Enrique VIII de Inglaterra (1491-1547) y después su hija La Reina Virgen Isabel I (1533-1603) —carismáticos, presumidos y amantes del símbolo— dictaron leyes especificando qué telas, colores y tipos de prenda podía llevar cada estrato social. La unión de oro y textil y las apreciadas telas color carmesí (que se conseguía triturando el cuerpo de los cocoideos o cochinillas) eran exclusivos de aquellos de mayor nivel social.

En los siglos XVI y XVII, los monarcas y sus cortes eran referentes de la moda y se distinguían por tener un estilo innovador. El acceso a las más altas esferas de la corte, el éxito político y profesional iban unidos a la apariencia. Una de las obligaciones clave del cortesano era reflejar el poder del rey con el mejor de los atuendos. La elegancia en el vestir era motivo de rivalidad entre las casas reales.

Los lujosos retratos, pinturas, joyas y excepcionales prendas y accesorios de la época que han llegado a nuestros días y pertenecen ahora a la Colección Real de la reina Isabel II se exhiben en la exposición In Fine Style: The Art of Tudor and Stuart Fashion (En un estilo refinado: el arte de la moda en los Tudor y los Estuardo), en el Palacio de Holyroodhouse de Edimburgo (Escocia) hasta el 20 de julio. El conjunto explora el elaborado y complejo elenco de prendas y accesorios de las dos dinastías en el Reino Unido.

Los bordados negros de Catalina de Aragón

Existen indicios de que Catalina de Aragón, primera esposa de Enrique VIII, puso de moda en Inglaterra el bordado en hilo negro sobre camisas y blusas: la hija menor de los Reyes Católicos posa en un retrato del siglo XVI con prendas adornadas con esta técnica, posiblemente originaria de España.

De los años de esplendor del reinado de Isabel I se exhiben unos guantes con los dedos especialmente largos iguales a los que ella (orgullosa de la forma alargada de sus manos) exhibe en varios cuadros. La moda se extendió por el aspecto estilizado que daba la prenda. El color pálido de los guantes favorecía la idea de que la portadora era de clase alta y no realizaba trabajos manuales.

Abundan entre los retratados las prendas que requerían un alto mantenimiento o especialmente poco prácticas. Con ellas se comunicaba al espectador que el modelo disfruta de un nivel de vida que le permitía emplear todo el tiempo necesario en vestirse y seguir las últimas directrices de la moda. Un cuadro de Marcus Gheeraerts el Joven muestra a la reina Ana de Dinamarca en 1614 con una falda de complejísimos pliegos que debían ser prendidos con alfileres cada día. La gola de Isabel I que ilustra en una miniatura el pintor Nicholas Hilliard a finales del siglo XVI requería tratamientos semanales de almidonado y fijado.

El rey que inventó el traje de chaqueta

Otras modas fueron precursoras de prendas ahora indispensables. En 1666 Carlos II de Inglaterra comenzó a vestir con un chaleco largo bajo el abrigo en lugar de llevar un jubón y una capa. Un cuadro datado entre 1675 y 1680 lo muestra con ese nuevo atuendo, ancestro del traje de chaqueta

masculino.Por supuesto, los accesorios ostentosos y extravagantes también cautivaron a los Tudor y a los Estuardo. En la selección de piezas de la muestra hay un espectacular bolso de hilo de oro en forma de rana y una serie de joyas renacentistas cargadas de simbolismo con figuras mitológicas y piedras preciosas consideradas mágicas.

La bautizada como Darnley o Joya Lennox (presente en la exposición) es una de las joyas antiguas más importantes de la Royal Collection, un relicario de oro en forma de corazón con rubíes, esmeraldas y diamantes. Se dice que la pieza fue creada entre 1571 y 1578 para Lady Margaret Douglas —Condesa de Lennox y sobrina de Enrique VIII— en memoria de su fallecido esposo, Conde de Lennox y Regente de Escocia. El diseño incluye en el interior de la joya detalles del Árbol de la vida con una serpiente enroscada, calaveras que sirven de recordatorios de la muerte y un Ave Fénix.

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