Por otro lado, son muy pocas las empresas que cortan el bacalao. En los últimos años, únicamente tres han combatido por hacerse con la mayor parte del pastel.
Además, entran en lid con un único producto que ha costado mucho esfuerzo y una notable inversión parir. Equivocarse puede ser un error del que jamás se recuperen.
Ahí está Sega para atestiguarlo, que con Dreamcast tuvo que retirarse del mercado de las consolas y dedicarse únicamente al software, pese a ser una de las compañías históricas y mejor asentadas.
El éxito de una consola además depende de muchos factores palpables: el soporte elegido para los juegos, su campaña de lanzamiento, la retrocompatibilidad, el catálogo de juegos que le acompañe, su potencia...
Pero, a la hora de la verdad, depende de algo más intangible: de calar hondo en el espíritu de los potenciales jugadores.
Vamos a hacer historia
Para ser justos, la historia bélica de las consolas de videojuegos se remonta más atrás, pero nosotros vamos a recordar las dos últimas batallas.
Entender cómo sucedieron las cosas en el pasado puede ayudar a disfrutar de la contienda actual, entre Sony con su PS3, Microsoft con Xbox 360 y Nintendo con Wii.
PlayStation, Nintendo 64 y Sega Saturn
Remontémonos en el tiempo nada menos que trece años. Hasta encontrarnos con la llegada de la quinta generación de consolas: la primera PlayStation, Nintendo 64 y Sega Saturn, tres máquinas japonesas de entre 32 y 64 bits.
En 1998 desapareció de los mostradores después de haber vendido unos diez millones de máquinas en todo el mundo.
Aunque a algunos pueda sorprenderles, la incursión de Sony en el mercado de las consolas fue vista por muchos entonces como la llegada de un advenedizo (un fabricante de televisiones y walkmans) y se dudó de su éxito.
Sony tenía que convencer de las virtudes de su nueva máquina a la legión de seguidores de Nintendo y Sega.
Y lo consiguió merced a lo fácil que resultaba programarla y por tanto el amplio catálogo de juegos que pronto reunió. Hasta tal punto que para muchos la palabra PlayStation es sinónimo de consola.
Según muchos también gracias al uso de discos compactos que resultaron pronto fácilmente pirateables. Pero esa es otra historia.
Como curiosidad, conviene recordar que la PlayStation nació tras un desacuerdo entre Nintendo y Sony. En realidad, lo que quería hacer Sony en un principio era un discreto accesorio multimedia para la Super Nintendo.
Esta consola de 32 bits se jubiló siete años después. Vendió la friolera de 102 millones de unidades en todo el mundo.
Una consola revolucionaria en muchos aspectos, como en su controlador. Acabó mereciendo una digna medalla de plata tras la inesperada triunfadora PlayStation. La opinión generalizada es que sus caros juegos en cartucho tuvieron gran parte de la culpa, pese a sus innegables ventajas: menos tiempo de carga, permitir incluir chips...
Perduró hasta 2002, para entonces había vendido cerca de 35 millones de unidades.
Realmente, también participaron discretamente la 3DO Interactive Multiplayer y la Atari Jaguar, de las que pocos se acuerdan y poco pudieron conseguir.
Sega Dreamcast, PlayStation 2, Nintendo GameCube y Xbox
De nuevo fue Sega la primera en lanzarse al ruedo con Dreamcast. Se lanzó en 1998, exactamente cuatro años después de la Saturn.
La primera consola con conexión a internet fue la última máquina de Sega que en 2001, tras unas modestísimas ventas (8 millones de unidades y otros dos millones más como liquidación), decidió dedicarse al software y abandonar el cruento negocio de las consolas.
No obstante, la Dreamcast tuvo una muerte honrosa: sigue teniendo un notable club de fans que las repara y hackea. Incluso siguen desarrollando juegos para ella.
Su éxito fue arrollador desde el primer día. Las colas fueron kilométricas, y se llegaron a pagar 1.000 euros por ella en eBay durante las primeras semanas.
Y lo ha seguido siendo durante años pese a que se trata de la máquina menos potente de su generación, exceptuando a la tempranera Dreamcast. En los últimoas años, imaginativos juegos como Singstar, Eyetoy o Guitar Hero la han mantenido las ventas pese a sus limitaciones técnicas.
Gamecube era una excelente máquina de 128 bits, considerablemente más potente que PlayStation 2, de la que se llevaba rumoreando más de un año con los nombres de Dolphin primero y Starcube después.
Pero ni la expectación ni la calidad consiguieron que Nintendo batiera a Sony. Con un total de 21 millones de unidades vendidas, se quedó a mucha distancia de conseguirlo.
La primera incursión de una empresa estadounidense en un feudo eminentemente nipón, y además de una empresa tan controvertida como la mastodóntica Microsoft, generó una gran polémica.
La más potente de su generación, con la que era posible jugar cómodamente online con Xbox Live, la primera con disco duro, la más parecida a un PC... acabó vendiendo 24 millones de unidades antes de ceder el testigo a la Xbox 360 apenas tres años después.
Una vida relativamente corta para una consola que ha resultó ser más convincente a largo plazo que en primera instancia.
Ahora ya estamos preparados para contemplar la siguiente guerra, la que librarán Wii, PS3 y Xbox 360 (sobre todo las dos últimas).
¿Será el principio del declinar del imperio que Sony ostenta desde hace trece años?
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios