Sucedió el jueves. Unos 6.000 jóvenes (según el rector de la Universidad de León, Ángel Penas) y entre 2.500 y 3.000, según la Policía Local, acudieron al macrobotellón convocado con motivo de las fiestas de Ingeniería Industrial en el campus leonés.
Como protesta, el equipo rectoral, junto a los decanos de las facultades, decidieron cerrar las facultades durante la jornada.
Sin competencias
Tras el botellón, aquello queda como un "estercolero", aseguró.
"Hacen sus necesidades allí, dejan aquello deteriorado", dijo Penas, quien afirmó tener constancia que en la convocatoria que se hizo, vía SMS, es que "uno de los objetivos del macrobotellón es que cuanto más sucio mejor".
Añadió que "ni la junta de estudiantes, ni los representantes de los alumnos de los centros quieren este tipo de actos".
"Son un conjunto de personas, que me atrevería a decir, que no son todos estudiantes los que organizan esto, porque se mueve mucho dinero y entonces se generan otros intereses al margen de la diversión de un grupo de jóvenes", advirtió.
Se trata de la primera vez que se ha adoptado una medida de cierre en la universidad leonesa ante una iniciativa de estas características.
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