"Estamos convencidos que El Príncipe será un éxito", aseguraba a finales de enero el director de series televisivas Ignacio Mercero, que indicaba que la ficción protagonizada por José Coronado contaba con elementos capaces de ganarse el favor de la audiencia. Unos días más tarde, el 4 de febrero, la serie arrasaba en su estreno con unos datos insolentes (21,9% de cuota de pantalla y 4,4 millones de espectadores).
Estos, sin embargo, no han sido los más altos que la producción española ha cosechado durante sus tres meses de emisión: el martes, el desenlace de su primera temporada mantenía en vilo a más de 6,2 millones de televidentes (33,3%), marcaba su récord histórico y registraba la cifra más alta obtenida en televisión por un capítulo de ficción desde 2011, cuando el de Águila Roja (La 1) correspondiente al 24 de octubre rozaba los 6,4 millones de seguidores (31,1%).
Además de dominar la parrilla —especialmente entre los jóvenes— y de escalar al 40,1% de share en su minuto de oro (fue a las 23.56 horas, cuando Faruq es tiroteado por Abdu), la ficción también pulverizó en su despedida su récord en las redes sociales, inspirando más de 225.000 comentarios, según Global In Media. Un logro más: superó la marca del último capítulo de El tiempo entre costuras, el más visto en lo que llevamos de año. Este había dicho adiós desde Antena 3 el pasado 20 de enero ante más de 5,5 millones de seguidores (27,8%).
Entre la realidad y la ficción
Son muchos los ingredientes que han contribuido a que El Príncipe se haya convertido en fenómeno televisivo. Estos son los que definen la anatomía de una serie llena de éxito.
- Un barrio que existe en el mapa. La serie se desarrolla en El Príncipe, un vecindario real de Ceuta que está ferozmente castigado por el narcotráfico, el desempleo y la lucha de religiones. Algunas de sus escenas permiten escudriñar en las calles y la vida de este distrito olvidado.
- La emoción del thriller policíaco. Las tramas incluyen espionaje, intriga y persecuciones adecuadas para un público que ama la acción. Y recrean situaciones que evocan sucesos que recogen los periódicos todos los días, como el terrorismo o el tráfico de drogas.
- Inmersión cultural. A través del personaje de Fátima Ben Barek (Hiba Abouk) y de su familia en la ficción, es posible acercarse a las costumbres y la problemática de las familias musulmanas que viven en las zonas marginales de Ceuta.
- Amor prohibido. Los jóvenes y atractivos Fátima Ben Barek (Abouk) y Javier Morey (Álex González) protagonizan una relación sentimental tan intensa como repleta de obstáculos, con alguna escena sexual incluida.
- Un elenco eficaz. Mientras José Coronado aporta experiencia y prestigio al reparto, los jóvenes y musculados Álex González y Rubén Cortada, así como la bella y serena Hiba Abouk, añaden voluptuosidad.
- Una poderosa campaña de comunicación. Previo a su lanzamiento, Mediaset emprendió una ardua tarea de marketing y prensa para dar a conocer El Príncipe. Para ello, utilizó entrevistas, programas especiales, una gran presentación televisada en los Cines de Callao en Madrid, redes sociales, etc. Desde que se estrenó, sus personajes han seguido visitando revistas y platós.
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