ETA reorganiza su arsenal en una decena de zulos pequeños para completar el sellado que anunció

  • En su último comunicado la banda afirmó que ha creado una estructura "técnico-logística" para completar el sellado de armamento.
  • Servicios antiterroristas explican que una célula de ETA reorganiza su arsenal en menos de una decena de zulos pequeños.
  • Desde 2009, año en el que ETA cometió su último crimen en España, se han descubierto más de 50 zulos tanto en España como Francia
  • La incógnita es saber quién va a verificar ese sellado y cuántas armas controla en la actualidad la dirección de ETA.
Uno de los zulos hallados por la Guardia Civil en el año 2010 en el monte Gorbea (Vizcaya).
Uno de los zulos hallados por la Guardia Civil en el año 2010 en el monte Gorbea (Vizcaya).
MINISTERIO DEL INTERIOR
Uno de los zulos hallados por la Guardia Civil en el año 2010 en el monte Gorbea (Vizcaya).

La memoria USB, de cuatro gigas de capacidad y color azul, estaba oculta en la parte trasera del marco de un cuadro colgado en la pared. Fue hallado por los Servicios de Información de la Guardia Civil en el despacho de Arantxa Zulueta, alias Marxel y Bixer, durante años la principal abogada de los presos etarras y responsable de la estructura (primero llamada 'H-Alboka' y luego 'KT') encargada de trasladar a los reclusos de la banda las consignas de la dirección de ETA. Y sobre todo, de velar que el colectivo estuviera cohesionado y cumpliera esas consignas. Apodada también 'la hiena' por algunos reclusos etarras, Zulueta tenía el despacho en el número 20 de la calle Elkano de Bilbao.

En la memoria USB había tres dibujos que correspondían a la ubicación de tres zulos de armas y explosivos en el sur de Francia, situados en el monte Jara, entre las localidades de Sant Etienne de Baigorry y Sant Jean Pied de Port. El nombre clave de estos tres zulos era 'Emborro' (tronco en euskera). La Guardia Civil decomisó el pen drive en abril de 2010 y los zulos fueron hallados semanas después. Ese año, los servicios antiterroristas españoles, en colaboración con los franceses, localizaron en total 14 zulos de ETA tanto en España como en Francia. El año anterior, en 2009, el aparato logístico de ETA sufrió uno de los golpes policiales más duros de su historia con el desmantelamiento de otros 22 zulos. En 2011 se hallaron otros 15 escondites, y en 2012 solo tres. En total, 54 zulos descubiertos desde que ETA matara por última vez en España, en 2009, cuando en julio de ese año asesinó a dos guardias civiles en Mallorca.

Cinco años después de ese doble crimen y casi tres años después del cese definitivo de su actividad armada, ETA anunciaba en el diario Gara el pasado 20 de julio que había "desmantelado" las "estructuras derivadas de la lucha armada" y que estaba "conformando una estructura técnico-logística que tendrá como labor completar el sellado de armamento", algo que ya adelantó en febrero de este año. Pero, ¿cuántos zulos mantiene ETA operativos y escondidos en Francia?, ¿quién los controla?, ¿Cuántas armas, explosivos, documentos y dinero esconde en ellos? Preguntas con difíciles respuestas, aunque fuentes antiterroristas consultadas por este diario aseguran que la nueva célula etarra encargada de estas labores ha agrupado todo el arsenal de la banda en zulos pequeños que no superan la decena y situados en zonas boscosas. "Un grupo reducido que controla un número reducido de escondites".

La caída en octubre de 2012 de Izaskun Lesaka, una de las jefes de la banda y responsable de los depósitos de armas, encendió todas las alarmas en ETA. Los etarras que heredaron sus responsabilidades tenían que arriesgarse y visitar con celeridad los zulos que Lesaka tenía controlados, antes de que las Fuerzas de Seguridad española y francesa desencriptaran la documentación intervenida a Lesaka. Por eso, tras su detención, entre los últimos meses de 2012 y los primeros meses de 2013 dos células de ETA comenzaron una reorganización de los zulos, intentando cambiar de ubicación los escondites comprometidos.

Mantenimiento de los escondites

En mayo de 2013, la Guardia Civil asestaba a lo que quedaba de ETA otro golpe casi mortal. Seis detenciones que dejaron a ETA muy tocada debido a las responsabilidades que tenían los arrestados, "el núcleo duro del aparato logístico de la banda". Los seis etarras detenidos, que formaban tres 'taldes' (grupos) de dos, desempeñaban funciones básicas en la clandestinidad de los pocos miembros de la banda que aún se ocultaban en Francia: eran los grupos responsables de la falsificación de documentos, los robos de coches y el control de los zulos. Está última función estaba a cargo de Raúl Aduna, 32 años; y Antonio Goicoechea, 42 años.

Aduna y Goicoechea realizaban las labores de "mantenimiento" de los zulos, apoyados por otra célula de dos terroristas más, que no fueron detenidos en esa operación. Su tarea consistía en visitar los zulos periódicamente para comprobar el estado de las armas y explosivos y ver si los 'testigos' (señales que avisan si alguien ha estado en los agujeros) siguen en su sitio. Las armas suelen estar envueltas en plásticos precintados. En el caso de los explosivos, igual. El objetivo es que la humedad no estropee nada y los distintos materiales para confeccionar explosivos se suelen ocultar en bidones bajo tierra. Documentación y dinero también se plastifican. Los recipientes de plástico, tipo tartera o fiambrera, se utilizan para conservar dispositivos electrónicos necesarios para la activación de las bombas.

Las sucesivas caídas de Lesaka, Aduna y Goicoechea desactivaron casi totalmente la capacidad logística de ETA, por eso durante el otoño e invierno de 2013 la dirección de ETA sopesó muy seriamente informar de la ubicación de varios zulos para escenificar sus intenciones de desarme anunciadas en varios comunicados. Pero en ese paso había una trampa y un problema. ¿La trampa? Los servicios de información creían que ETA iba a dar la ubicación de zulos que para la banda estaban 'quemados', es decir, que ETA pensaba que podían estar bajo el control de las Fuerzas de Seguridad tras la detención de los terroristas que los controlaban. ¿Y el problema? Quién verificaba la entrega de armas. El Gobierno no quería y la Comisión Internacional de Verificación (CIV), que dirige Ram Manikkalingam, no parecía aval suficiente.

Al final lo único que se ha producido, hasta el momento, es la escenificación por parte de ETA de una pequeña entrega de armas a dos miembros de esta Comisión en un piso franco de Francia. En febrero de 2014, dos etarras encapuchados grabaron en vídeo la supuesta entrega de un fusil G3, una pistola Smith&Wesson, dos revólveres de la misma marca, dos granadas de carga hueca, 300 balas del calibre 38 SP, 4,50 kilos de pentrita, 8 kilos de cloratita, 10 kilos de nitrometano, 4 kilos de clorato de sodio, 120 metros de cordón detonante y otros 70 metros, además de nueve temporizadores. Los etarras se llevaron las armas tras inutilizarlas delante de los verificadores, según confesaron después los dos miembros de la CIV cuando fueron citados a declarar a la Audiencia Nacional, lo que provocó las quejas del Gobierno, partidos políticos y asociaciones de víctimas.

Sellado de zulos

El siguiente paso de ETA, según su último comunicado, es esta nueva "estructura técnico-logística que tendrá como labor completar el sellado de armamento", una estructura que al parecer está bajo la el control del veterano etarra Iñaki Reta de Frutos, alias Zukaitz, apoyado por un pequeño reducido grupo de etarras. La dirección de ETA se mueve por grandes ciudades francesas para pasar desapercibida, y el resto de terroristas que forman parte de la estructura clandestina de la banda tienen instrucciones desde hace semanas de pasar a un segundo plano en países como Italia, Alemania y Reino Unido. ¿Qué hará ETA tras terminar el sellado de sus zulos?, ¿Quién verificará ese sellado? La banda no parece dispuesta a entregar las armas ni tampoco a disolverse, ya que ha comunicado su intención de reforzar "la estructura dirigida a realizar las labores políticas de ETA, así como las que tienen como objetivo propiciar conversaciones entre las diferentes partes para avanzar en el proceso de paz".

Varios temporizadores hallados por la Guardia Civil en un zulo de ETA.

Otra de las cuestiones es cuantas armas le quedan a ETA. La Subdirección Antiterrorista del Gobierno francés (SDAT) intenta de vez en cuando estimar el arsenal etarra, sobre todo cuando algunos de sus responsables tiene que declarar en algún juicio contra miembros de comandos. ETA podría tener 252 pistolas robadas en Francia en 2006, 1,3 toneladas de polvo de aluminio (elemento fundamental del destructivo amonal), cantidades indeterminadas de otros componentes de explosivos (como clorato sódico y nitrometano), unas 300 armas largas y 28.000 matrículas que robaron en Francia. La banda también podría disponer de un centenar de pistolas Star 28 PK robadas a la Ertzaintza a finales de los años 90 y de un número similar de pistolas Sig Sauer P228 y P226. La banda podría contar asimismo con otro centenar de pistolas FH-Herstal del modelo Police&Military. Aún puede tener en su poder escopetas italianas Franchi y subfusiles israelíes UZI y francesas Mat-49, además de varios rifles de franco-tirador. Hace mucho tiempo que los terroristas no utilizan subfusiles en atentados, por lo que no es de extrañar que muchos de estos modelos estén ya obsoletos y escondidos en zulos que ya no controla la actual dirección de ETA.

Por poner un ejemplo, en mayo de 2011 la Ertzaintza localizaba en el monte Artxanda de Bilbao un zulo que podía llevar construido más de 20 años. De hecho se encontraron tres pistolas 'Browning' de diferentes modelos, un subfusil francés de la marca MAT y el subfusil Sten MK II, que data de la II Guerra Mundial. Las armas estaban en muy mal estado. Y en febrero de 2012, la Policía francesa hallaba en Capbreton, cuando un vecino reformaba la casa que acaba de comprar, un zulo de ETA con un centenar de armas muy antiguas que podría haber sido fabricado en 1975, según la fecha de los periódicos hallados en el escondite.

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