Derriban el espacio social La Traba, uno de los mayores centros 'okupados' de Madrid

Labores de derribo del centro social okupado La Traba.
Labores de derribo del centro social okupado La Traba.
ÁNGEL CALLEJA
Labores de derribo del centro social okupado La Traba.

El centro social La Traba de Legazpi ha sido demolido. En apenas tres horas, la pala excavadora contratada por la promotora inmobiliaria Aiser S.A. acabó con uno de los mayores y más longevos centros 'okupados' de la ciudad de Madrid, que albergaba en su interior un parques de acrobacias para bicicletas BMX reconocido a nivel europeo.

El derribo de los dos edificios que componían la fachada principal del inmueble y de la mitad de las dos naves industriales del complejo, de 4.000 metros cuadrados en total, se llevó a cabo entre las 11.00 horas y las 14.00 horas sin que se produjesen incidentes.

La Policía Nacional desplegó desde primera hora —y de modo preventivo— nueve furgonetas de las Unidades de Intervención Policial (UIP). Apoyados por agentes de la Policía Local, los uniformados impidieron que una nueva protesta diese al traste con los planes de los propietarios del inmueble.

La comisión judicial había intentado el lanzamiento el pasado 22 de julio. En ese momento, la movilización de los residentes en el distrito de Arganzuela, los colectivos sociales que formaban parte de La Traba y la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) logró detenerlo. Los grupos locales de PSOE e IU, además de la FRAVM, solicitaron formalmente al Ayuntamiento de la capital que ofreciese una alternativa para mantener los espacios de ocio desarrollados en el antiguo taller de autobuses, pero no obtuvieron respuesta.

"Lo han hecho por la espalda"

La Traba confiaba en mantener su actividad al menos hasta septiembre, dado que el mes de agosto es inhábil salvo en la juridiscción Penal. Sin embargo, el titular del juzgado de Instrucción número 31 de Madrid dejó firmada la nueva resolución de desahucio antes de irse de vacaciones.

"El juez recibió los informes de la Policía Local y de la comisión judicial y fijó el desalojo para el 20 de agosto. Antes, se ofreció a los 'okupantes' formar parte del procedimiento para que estuviesen al tanto de las notificaciones, a pesar de que no tenían ninguna relación legal de alquiler o cesión con la propiedad, pero lo rechazaron", explicó a 20minutos un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Este jueves, delante del cordón judicial, usuarios habituales como Rocío y Gustavo explicaban que nadie les había enseñado la orden de desahucio. "Nos han avisado a las 9.00 horas y hemos venido corriendo. La Policía ha explicado que se la han mostrado a una persona que se encontraba aquí a esa hora, pero no tenemos constancia de eso. El agente al mando no ha querido hablar con nosotros para dejarnos sacar las cosas de valor que hay en el interior. Lo hemos perdido todo. Lo han hecho por la espalda", denunciaban.

Herederos del Milano

La Traba abrió sus puertas el 14 de abril de 2007. Sus principales promotores fueron los colectivos okupas del barrio y los activistas anticapitalistas (aunque no solo) reunidos en el CSO Milano, un centro nacido en el edificio de cinco plantas que albergaba los antiguos salones de bodas del mismo nombre en el Paseo de Extremadura (Latina).

La experiencia de Milano solo duró una semana. Tras casi 24 horas de encierro, la Policía logró que todos los 'okupantes' saliesen por su propio pie. El grupo se centró entonces en desarrollar un espacio de convivencia alternativo en el distrito de Arganzuela, para lo que eligieron las naves abandonadas situadas en Batalla de Belchite.

"Yo lo conozco desde entonces, aunque fue en 2009 cuando la gente se implicó más y consiguió hacer actividades como cine, talleres de teatro, actividades para niños y, por supuesto, el bike park", apunta Violeta, que vive justo enfrente del complejo. Además, el local sirvió para organizar charlas sobre política, economía o movimientos sociales y protestas contra los movimientos fascistas.

La convivencia entre los usuarios y los vecinos del barrio ha tenido altibajos, aunque unos y otros reconocen que no ha habido grandes problemas. Fuentes policiales admiten que La Traba no está entre los edificios 'okupados' más conflictivos de la ciudad. "Vamos a ver, molestan porque dejan basura en la calle o orinan en las aceras. Algunas veces no hemos podido dormir por la música", protestaba el propietario de un piso cercano. "A veces no podíamos aparcar porque ocupaban todos los sitios, pero tampoco he tenido ningún roce", señalaba otro.

Tras la demolición, los concentrados prometían no quedarse de brazos cruzados: "Buscaremos otro sitio. Derriban instalaciones que se hicieron para los vecinos y lo echan todo a perder, pero no vamos a estar parados. La Traba no desaparece".

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