Sale a la luz una colección de fotos de 1968 sobre la extrema pobreza y exclusión de Inglaterra

  • Se habían mantenido en secreto hasta ahora por 'respeto a la intimidad' de las personas que aparecen retratadas, entre ellas muchos niños.
  • Las hizo entre 1968 y 1972 en Birmingham, Manchester, Leeds y Londres el reportero Nick Hedges por encargo de una asociación contra la exclusión social.
  • Muestran la crudísima realidad diaria en la que vivían en la época tres millones de personas en el país, en condiciones negadas por entonces por la Administración.
Foto de Nick Hedges de la familia M., un matrimonio y cuatro hijos, en la única habitación en la que vivían, en las afueras de Birmingham. El cuarto no tenía baño, ni energía eléctrica. Las paredes estaban en pésimas condiciones y las ventanas, rota
Foto de Nick Hedges de la familia M., un matrimonio y cuatro hijos, en la única habitación en la que vivían, en las afueras de Birmingham. El cuarto no tenía baño, ni energía eléctrica. Las paredes estaban en pésimas condiciones y las ventanas, rota
© Nick Hedges / National Media Museum, Bradford
Foto de Nick Hedges de la familia M., un matrimonio y cuatro hijos, en la única habitación en la que vivían, en las afueras de Birmingham. El cuarto no tenía baño, ni energía eléctrica. Las paredes estaban en pésimas condiciones y las ventanas, rota

El Reino Unido sufrió una de las peores crisis económicas de su historia a finales de los años sesenta. La situación era tan grave y cercana al colapso del sistema que en 1968 el gobierno, presidido entonces por el laborista Harold Wilson, elaboró una estrategia, conocida como mad plan (plan loco) que incluía medidas como la congelación de ciertas cuentas bancarias, la prohibición general de viajar al extranjero y el veto a las transferencias de pensiones de jubilación a otros países.

Aunque el proyecto no llegó a ejecutarse por sus consecuencias funestas sobre la cotización internacional de la libra esterlina, la Administración montó una campaña de exaltación patriótica bajo el lema I'm Backing Britain (Yo apoyo a Gran Bretaña) pidiendo un esfuerzo a los ciudadanos para salir del atolladero. El plan sugería a los trabajadores que hicieran horas extra sin cobrar por ellas. Fue un fracaso y se tornó en objeto de mofa cuando se descubrió que los centenares de miles de camisetas con el eslogan que regaló el Gobierno habían sido fabricadas en Portugal y no en las muy necesitadas factorías textiles inglesas.

Pobreza, hambre, falta de viviendas mínimamente dignas...

En ese marco nació Shelter, una organización sin ánimo de lucro que pretendía arrojar luz sobre el drama de tres millones de habitantes del país que vivían en condiciones infrahumanas. Para demostrar con pruebas irrefutables una realidad que las autoridades negaban —la pobreza, el hambre, la falta de viviendas mínimamente dignas y escuelas...—, los promotores de la ONG encargaron al reportero Nick Hedges que recorriese los cinturones de desesperación y pobreza de las grandes ciudades del país.

Entre 1968 y 1972, Hedges documentó con su cámara cómo sobrevivían los desheredados de Birmingham, Manchester, Leeds, Bradford y Londres. La crudísima colección de un millar de fotos, que Shelter utilizó para presionar a la Administración pero que nunca mostró en público para proteger la intimidad de los muchos niños que aparecen en ellas, se exhibe ahora por primera vez al público.

Realidad desoladora

La exposición Make Life Worth Living: Nick Hedges' Photographs for Shelter, 1968-1972 (Haz que la vida valga la pena: las fotos de Nick Hedges para Shelter, 1968-1972), en el Science Museum de Londres hasta el 18 de enero de 2015, demuestra que las denuncias de los activistas sociales sobre las condiciones de vida miserables de millones de ciudadanos eran una realidad que sólo podía negar quien tuviera razones para ocultarla. Las imágenes en blanco y negro no hurtan ningún detalle de una realidad desoladora: hambre, exclusión, indigencia, privación, abandono...

Mientras Inglaterra celebraba su relativo éxito en los Juegos Olímpicos de México de 1968 (cinco medallas de oro, cinco de plata y tres de bronce) y la película de animación Yellow Submarine, basada en canciones de los Beatles, llenaba de color y afanes psicodélicos las pantallas de cine, las contundentes y angustiosas fotos de Hedges muestran familias de cuatro niños en cuartos semiderruídos, sin agua (ni fría ni caliente), energía eléctrica, calefacción y cuarto de baño; personas que debían calentar la comida con hogueras en el medio del cuarto y otras que dormían con la luz encendida para intentar evitar a las ratas.

'Sensación de fracaso'

El reportero, especializado en fotografía documental desde los bombardeos nazis contra Londres en la II Guerra Mundial, tampoco esperaba lo que encontró durante el encargo y todavía siente las consecuencias de un reportaje que no puede olvidar. "A pesar de que estas fotografías se han convertido en documentos históricos que sirven para recordarnos que la vivienda segura y adecuada es la base de una sociedad urbana civilizada, el fracaso de los sucesivos gobiernos y la inacción de la sociedad en el tema de la exclusión y la vivienda es un triste récord. Me gustaría que estas fotografías pudieran verse hoy para celebrar el progreso, sin embargo lo único que consiguen es obsesionarme con una sensación de fracaso", explica.

El responsable de fotografías del museo, Greg Hobson, opina que el reportaje que ahora se muestra en público es una "tremendamente importante para la historia de la fotografía documental en Gran Bretaña", porque "hace visible la situación de las personas que viven en la pobreza" y "dan voz a aquellos que de otro modo serían ignorados".

'Muchas personas no lo imaginaban ni creían'

Para Campbell Robb, director general de Shelter, las fotos "fueron cruciales" en los primeros pasos de la ONG para "capturar una cruda realidad que muchas personas en Gran Bretaña no podían ni imaginar y mucho menos creer lo que estaba ocurriendo en su propia comunidad". Aunque muchas de las zonas en que trabajó el fotógrafo han sido regeneradas, Gran Bretaña todavía tiene un millón de personas sin hogar o que viven en condiciones deficientes.

"Los precios están por las nubes, abundan los caseros sin escrúpulos y la red de seguridad de las viviendas públicas ha sido destrozada por los recortes", añade el director de la ONG, que cada año intenta ayudar a tres millones de personas. "Hace casi cincuenta años desde que se tomaron estas fotos y comezamos a trabajar en Shelter. Espero que en otros cincuenta años hayamos completado nuestro viaje y que la mala vivienda o la falta de vivienda sean una cosa del pasado y no un reto para nuestro futuro".

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