Contábamos hace unos días que el sector inmobiliario está a las puertas de un breve ciclo de bajadas de precios y ventas a causa de los cambios llevados a cabo por Hacienda en la fiscalidad de la vivienda. Si la casa que queremos vender la compramos antes de 1994 mejor hacerlo ya porque el año que viene tributará más, hasta un 55% más.

Pero a la hora de comprar/vender hay que tener claro que no todo vale y que hay un precio mínimo. Como explica el Colegio de agentes inmobiliarios de Cataluña existe el precio de mercado que posee el inmueble y el precio que Hacienda piensa que tiene y por el que pagaremos el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP).

Para calcular el precio mínimo al que podremos comprar o vender una vivienda, conviene consultar la sede electrónica del Catastro. Allí, comprobaremos el precio que tiene el piso para Hacienda. Éste será más real porque tendrá que liquidar los impuestos en función de esa referencia.

En el momento de comprar la vivienda, veremos que toca abonar impuestos que elevan el valor de la escritura hasta en un 50%. Existen dos tributos básicos: el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), dependiendo de la naturaleza del inmueble y de la fecha de adquisición. El segundo es el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que se calcula utilizando el valor catastral, y que en los últimos años también se ha incrementado.

Para el precio del mercado, además de portales y webs inmobiliarias como Fotocasa, podemos echar mano de un agente inmobiliario, que sabrá fijar un precio mínimo aproximado de la casa. De todos modos, vista la vivienda, conviene listar los elementos que deben ser reparados o reformados. Así, en nuestra oferta de compra citaremos esos elementos para reducir el precio mínimo de la vivienda.