El PAU de Vallecas, vía de paso de toxicómanos hacia el 'súper de la droga' de la Cañada Real

  • Llegan en Metro a la estación de Valdecarros y caminan unos dos kilómetros hasta la Cañada Real, el mayor 'super' de la droga de España.
  • Vecinos y comerciantes se quejan de jeringuillas en inmediaciones de colegios, viviendas y negocios, además de otro tipo de suciedad.
  • Tras la virtual desaparición del servicio de los 'taxis de la droga', y con la practicidad del Metro, optan por esta vía, que además es más económica.
  • El Centro de Atención Integral a la Drogodependencia (CAID) de Vallecas atendió en 2014 a 1.116 personas, un 9,4% más que en 2013.
Una persona cruza el Ensanche de Vallecas en dirección a la Cañada Real, en Madrid.
Una persona cruza el Ensanche de Vallecas en dirección a la Cañada Real, en Madrid.
JORGE PARÍS
Una persona cruza el Ensanche de Vallecas en dirección a la Cañada Real, en Madrid.

Al 'super' de la droga se llega en Metro: decenas de toxicómanos terminan su recorrida cada día en la estación de Valdecarros (línea 1) antes de recorrer los dos kilómetros que les separa del mayor mercado abierto de drogas de España, la Cañada Real.

"Esto es un paso franco hacia la Cañada Real", dice Antonio, dueño de una ferretería cercana a la estación del metro Las Suertes.

Vecinos coinciden en señalar la existencia de un constante paso de toxicómanos, después de que el combate contras los 'taxis de la droga', también conocidos como 'cundas' les haya llevado a elegir esta ruta para llegar a donde puedan comprar sus dosis.

"Se apean principalmente en Valdecarros, van por la Gran Vía del Sureste, luego bajan por el parque en dirección de las cocheras de Metro y de allí cruzan a la Cañada Real", cuenta Enrique Villalobos, representante de la Asociación Vecinal del PAU del Ensanche de Vallecas, un barrio en el cual viven más de 10.000 personas.

Periodistas de 20minutos.es comprobaron un permanente deambular de personas a través del mencionado trayecto, y han constatado la existencia de jeringuillas y otros elementos utilizados habitualmente en el consumo drogas.

El peligro de las jeringuillas

Justamente, la presencia de jeringuillas en espacios públicos genera preocupación entre padres de la zona. En las inmediaciones de las estaciones de Metro de Valdecarros y Las Suertes se encuentran los colegios Loyola de Palacio (público), Torrevilano (privado concertado) y la escuela infantil privada Escuelita del Ensanche.

"Hemos visto jeringuillas en la calle y en el andén del metro de Valdecarros, llamamos a la Policía municipal, al 010, he puesto reclamaciones en la Junta Municipal de Villa de Vallecas y nadie hace nada. Es una zona entre dos colegios, en la que vivimos personas con niños, ¿están esperando que pase alguna desgracia para hacer algo?", se pregunta Nuria Moreno, madre de dos niños preocupada por la seguridad sanitaria de sus pequeños.

María (nombre ficiticio), una trabajadora de limpieza de una estación de Metro, señaló que una vez encontró en un andén una jeringuilla lista para usarse.

"Estaba preparada, con el líquido dentro, lista para usarse, se le habría caído a alguien", cuenta.

Las tres estaciones de Metro del Ensanche (La Gavia, Las Suertes y Valdecarros) son utilizadas a diario por 9.346 viajeros de media (más de la mitad de ellas baja en Las Suertes, al ser la más cercana al centro comercial La Gavia). En fines de semana, esta media baja a 7.245 usuarios (68% en Las Suertes).

Un trabajador de Metro de la estación de Valdecarros señaló que los toxicómanos siempre bajan en dicha estación al ser la más cercana a la Cañada, pero que al momento de entrar al metro, eligen entre esta estación y Las Suertes dependiendo de la presencia de vigilantes de seguridad, ya que la conducta más habitual entre ellos es no pagar el trayecto, lo cual comprobaron periodistas de este diario.

Refugios temporales

La cercanía de la Cañada Real hace que algunos toxicómanos sin techo opten por quedarse a dormir en las inmediaciones, ya sea en tiendas de campaña como en improvisados lechos en portales de edificios o comercios.

Una pareja de toxicómanos ha vivido incluso en una tienda de campaña durante un mes en una zona verde aledaña a la estación de Las Suertes, aunque la misma fue abandonada por sus ocupantes, que dejaron tirados en el lugar elementos de preparación de droga inyectable y artículos de uso personal, algunos de ellos íntimos.

"A la puerta de mi farmacia se suelen quedan durmiendo, pero no hacemos denuncias, lo que hacemos es llamar al equipo de limpieza, porque es una cuestión de salud pública", dice Carmelo, titular de una farmacia frente a la estación de Las Suertes, quien también confirmó que es habitual encontrar jeringuillas usadas en el suelo.

Además, según los vecinos, suele suceder que los toxicómanos, al volver en mal estado físico tras el consumo, se coloquen a dormir en portales de los edificios del PAU.

"A veces se meten a dormir en un portal o en donde pueden, en el regreso de la compra y consumo, aunque no suelen generar hechos de violencia", cuenta José Luis, vecino del PAU.

Una cuestión "más asistencial que policial"

Una fuente policial reconoció la existencia del permanente 'hormigueo' de toxicómanos desde las estaciones de metro del Ensanche hacia la Cañada Real, aunque señaló que el problema policial está en el mismo 'supermercado de la droga' y no tanto en el PAU.

"Los que suecede en el PAU es un problema más asistencial que policial", señaló la fuente de la Policía municipal, destacando que los toxicómanos intentan evitar problemas con los vecinos.

"No suelen atracar ni cometer delitos en el barrio, lo que quieren es llegar rápido al descampado, allí están más tranquilos para consumir", explica.

Desde el costado asistencial, Samur social confirma que es habitual que les llamen para dar asistencia a toxicómanos sin hogar en la zona.

"Es una zona desde la que nos suelen llamar. Cuando un toxicómano no tiene hogar, le ofrecemos los recursos para solucionar su problema habitacional, lo cual es una excelente oportunidad para dejar la droga", dice Darío Pérez, jefe de departamento de Samur Social.

En ese sentido, Pérez explica que siguen un protocolo de actuación coordinado para que los responsables del Plan de Adicciones de Madrid Salud puedan hacerse cargo del caso.

El Centro de Atención Integral a la Drogodependencia (CAID) de Vallecas (cercano a la estación de Nueva Numancia, con conexión directa en la línea 1 de Metro con las tres estaciones del Ensanche) atendió a 1.116 pacientes, un 9,4% más en 2013 (con una media mensual de 992 frente a los 858 del año anterior). El 34% de ellos estaban en tratamiento con metadona, frente al 36% de 2013.

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