El piloto polaco Robert Kubica sufrió durante la carrera de Canadá un accidente que pudo costarle la vida, al perder el control de su BMW y estrellarse contra el muro a más de 300 kilómetros por hora.
Finalmente, el brutal golpe, que desintegró su coche, sólo le provocó la fractura de su pierna.
¿Por qué Kubica pudo salir ‘casi ileso' de tamaño accidente? Por dos razones: en primer lugar, por el habitáculo indeformable de su BMW.
Construido a base de aluminio y carbono, con una lamina intermedia conocida como ‘panel de abeja', el pequeño espacio en el que viaja el piloto quedó intacto, mientras el resto de coche se pulverizaba.
En segundo lugar, el sistema de protección Hans, que todos los pilotos llevan en su cuello, evitó que al chocar contra el muro, Kubica prácticamente se desnucara.
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