La fotógrafa Jona Frank muestra con ternura el desvanecimiento de los gimnasios de boxeo

  • La fotógrafa y cineasta estadounidense presenta 'Chicos modernos', una serie sobre un club de boxeo aficionado en un suburbio deprimido de Liverpool.
  • Tomó el título de una estrofa de una canción de Arcade Fire que le vino a la mente nada más entrar en el gimnasio: 'Parecen tan salvajes, pero son tan mansos'.
  • Los retratos, clásicos e íntimos, muestran la pureza de las ambiciones de gloria los practicantes de un deporte en decadencia basado en lo efímero del dolor.
Uno de los boxeadores aficionados retratados por Jona Frank
Uno de los boxeadores aficionados retratados por Jona Frank
© Jona Frank - From 'The Modern Kids' published by Kehrer Verlag
Uno de los boxeadores aficionados retratados por Jona Frank

Parecen cosa del pasado o pasarelas hacia una gloria efímera para los muchachos ágiles de los barrios más pobres de las ciudades menos agraciadas. Los gimnasios de boxeo aficionado, escenarios de esfuerzo, sudor, fintas y golpes, están en una indudable decadencia. El boxeo, deporte que ha sido incluso retirado de las páginas de algunos diarios, está de capa caída y solo asoma cuando en los EE UU montan algún millonario espectáculo de pesos pesados.

Como si tuviera en mente la afirmación reciente de Manolo del Río, uno de los grandes entrenadores españoles —"antes se peleaba todo el tiempo, ahora pelean cada varios meses, nadie apuesta por el boxeo y los chicos se desesperan; es mucho sacrificio. Si no hay combates, se terminan yendo"—, la fotógrafa estadounidense Jona Frank (New Jersey, 1966) acaba de entonar un tierno homenaje al deporte del cuadrilátero. Se titula, con ánimo de reivindicación, The Modern Kids (Chicos modernos).

Los chicos ponían pose de boxeador

La fotógrafa, una reputada documentalista y cineasta, tenía grabado en la memoria el lenguaje corporal de los jóvenes irlandeses a los que había retratado cuando estaba empezando en la fotografía: mientras las chicas se colocaban para la foto con las manos en las cadera, los chicos levantaban los puños y adoptaban poses de boxeadores. Esa imagen, que la acompañó durante años, la llevó en 2010 a visitar el Wirral Comunity Boxing Club, asociado en principio a la factoría de automóviles Vauxhall de Elesmere Port, una deprimida ciudad industrial del oeste de Inglaterra que se ha convertido en un suburbio de la cercana Liverpool.

Mucho antes de que culminasen los cuatro años que Frank empleó en conseguir un reportaje satisfactorio, tenía claro cómo iba a titular la serie. En el momento en que entró en el local a lo largo del que se entrenaban los chicos del club, desde preadolescentes a veinteañeros, se le vino a la cabeza una estrofa de Rococo, canción en la que el grupo Arcade Fire describe a un grupo de chavales de los suburbios que desean ir al centro a ver a "chicos modernos". Una de las estrofas dice: "Parecen tan salvajes, pero son tan mansos".

The Modern Kids reúne retratos de estilo clásico y penetrante intimidad de "chicos del siglo XXI con caras que evocan el pasado", dicen los editores del libro, recién publicado por Kehrer Verlag [80 páginas y un PVP de 30,9 euros]. Sudorosos, con piel enrojecida y grandes guantes de boxeo en las manos, en el "estilo atemporal" de los pugilistas, "son en verdad como cualquier otro adolescente que está buscando su lugar en el mundo", dicen los editores, para quienes "al igual que en el suburbio de Liverpool donde se hicieron estas fotos, el boxeo tiene un pie en el pasado", es un deporte y una comunidad "cuyas presencias se desvanecen lentamente".

Historia sin palabras

La serie, que no sólo incluye imágenes en el gimnasio, sino también en las calles del barrio o frente al colegio de los chicos, combina las cualidades del retrato formal de alta calidad con el misterio y la fraternidad del deporte del boxeo, una actividad "heroica y violenta" que desarrolla una "historia sin palabras" entre dos personas que se oponen física y psicológicamente para mostrar su poder. La fotógrafa tuvo siempre presente el lema más repetido por los boxeadores: "El dolor es temporal, la gloria es para siempre".

En el prólogo del libro, titulado precisamente Gloria, el gran fotógrafo Bruce Weber anota la extraordinaria circunstancia de que sea una mujer quien firme esta colección de retratos que los chicos, presentados como "héroes", "colocarán sobre los tapetes y en las paredes de sus casas". El maestro, que dirigió el documental Broken Noses (Narices rotas, 1987), recuerda que para el cartel de la película, usó la afirmación de que el boxeo "te hace ser un hombre más rápido". Ahora, ante las fotos de Jona Frank, Weber se pregunta: "¿qué significa ser un boxeador?".

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