Uno de los máximos responsables del Ayuntamiento de Sevilla confiesa que «IU quiere convertir la Alameda en símbolo de modernidad y de la juventud sevillana». Por eso, asegura, ha dejado bien claro a sus socios (PSOE) que «debe aplicarse en esta zona una política de mirar para otro lado, en lugar de enviar a los municipales a imponer el cumplimiento de la llamada ley antibotellón».
Reunión en Las Sirenas
El que la Policía Local no pase por la Alameda ha provocado que «los que saben que no entramos en la plaza, vengan a beber en la calle», comentan las mismas fuentes policiales.
Sólo ante el centro cívico Las Sirenas se reúnen unos 400 jóvenes con lotes los viernes y sábados. Y antes, sobre las 21.00 h, otros tantos para comenzar la noche con litros (cervezas).
La situación ha derivado en el enfado de la Asociación de Vecinos Alameda de Hércules y en las quejas de la Plataforma por el Derecho al Descanso. La Asociación de Terrazas, Bares y Discotecas se ha sumado ahora a ellas.
Dos equipos de control
La unidad de la Policía Local que se dedica a controlar que los fines de semana no se celebren botellones en la capital divide la ciudad en dos zonas distintas para poder hacer las rondas. Una es la ciudad de las grandes avenidas y zonas nuevas (la Palmera, Sevilla Este, Viapol...). La otra, la Sevilla histórica (el centro) y la de barrios como Triana. De cada una de las zonas se encarga un grupo de diez agentes, que se distribuyen entre un coche patrulla (para los mandos) y un furgón (con ocho agentes).
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