La prohibición de fumar en lugares públicos y cerrados entró finalmente este domingo en vigor en toda Inglaterra, última parte del Reino Unido donde aún no se aplicaba.
En Escocia estaba prohibido encender un pitillo en esos lugares desde marzo del 2006 y en Gales e Irlanda del Norte, desde abril de este año.
La prohibición afecta a todo tipo de establecimientos y lugares de trabajo, así como a estaciones de ferrocarril, centros de ocio y vehículos de empresa utilizados por más de una persona.
Tampoco se permitirá que se reserven salas para fumadores en las empresas como las que existían hasta ahora.
Los propietarios de los locales se exponen a multas de hasta 2.500 libras (3.700 euros) si permiten fumar a sus clientes.
Sanciones a particulares
Los particulares que, fumando, violen la prohibición serán sancionados con multas de 50 libras (74 euros), que se reducirán a 30 libras si se pagan en las dos semanas siguientes.
El nuevo ministro de Sanidad, Alan Johnson, afirmó que se ha dado un paso importante hacia "una población más sana".
"Un país libre de humo mejorará la salud de miles de personas, reducirá la tentación de fumar y animará a los fumadores a dejarlo", dijo el político laborista.
El ministro agregó que el próximo octubre, el Gobierno elevará además de 16 a 18 la edad mínima legal para comprar tabaco porque, cuanto antes comiencen las personas a fumar, mayores probabilidades hay de que se conviertan en fumadores para toda la vida.
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