El juez cierra la instrucción del accidente de Santiago con el maquinista como único imputado

El juez Andrés Lago Louro, que heredó la instrucción del caso del accidente del tren Alvia en Angrois de manos del magistrado Luis Aláez, la ha cerrado con el maquinista como único imputado, algo más de un año después de hacerse con la causa.

En la primera etapa de la instrucción, Aláez imputó hasta en dos ocasiones a exaltos cargos de Adif, el administrador de infraestructuras ferroviarias, encargado de velar por la seguridad en las vías. Sin embargo, la Audiencia Provincial levantó las imputaciones.

El maquinista conducía despistado antes de llegar a la curva de A Grandeira, donde el ferrocarril descarriló en un siniestro que saldó con 81 muertes y más de 140 heridos.

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha confirmado de que el juez notificó en la mañana de este miércoles el cierre de la instrucción a las partes.

Las víctimas que sobrevivieron al accidente y sus familiares consideran que con esta decisión, el juez "ha dado carpetazo" al caso y se sienten "sorprendidos, decepcionados e indefensos", según ha asegurado a 20minutos el presidente de una de las asociaciones que los agrupa, Jesús Domínguez. Las asociaciones de víctimas habían solicitado varias diligencias al juzgado que no han sido admitidas, explican, por lo que consideran este cierre de la instrucción "un cierre en falso".

Francisco Garzón Amo, el maquinista, tenía "asumido" hacía tiempo que sería "el pagano" del caso, cuyo cierre por parte del juez instructor recurrirá su abogado, Manuel Prieto.

Prieto ha aseverado que "claro" que va a recurrir, para lo que dispone de un plazo de tres días -mediante recurso de reforma en plazo- a contar desde este jueves, y teniendo en cuenta que el lunes es festivo. Con todo, ha apuntado que no tiene "mucha confianza" en que el recurso prospere.

Y es que este era para él un "auto anunciado", el del cierre de la instrucción por parte del magistrado Andrés Lago Louro, que heredó la causa de manos de Luis Aláez, más activo en las diligencias desde que el 24 de julio de 2013 el tren descarrilase en el barrio de Angrois, a la entrada de Santiago.

"Era un auto anunciado de la misma forma que era un accidente anunciado", ha criticado el letrado, haciendo referencia al aviso que dio en su día, después de la inauguración de la línea, un jefe de maquinistas, que alertó de la peligrosidad de la curva de A Grandeira, donde impactó el ferrocarril, sin el sistema de ERTMS implantado y con la necesidad de reducir la velocidad con una señalización que este profesional consideraba insuficiente