El perfil del comprador de vivienda ha cambiado con la crisis. Puesto que ahora en España compra vivienda quien debe, o sea, quien realmente puede, sus características son otras muy distintas a las del comprador tipo del tiempo de la burbuja inmobiliaria. Una palabra define al comprador de vivienda post-crisis: exigente.
"Hace diez años, competían en el mercado jóvenes parejas, pequeños y medianos inversores e incluso familias recién llegadas de otros países. Los precios solo oscilaban al alza y lo más conveniente era cerrar la operación antes de que se produjera una nueva subida. Y no sólo eso, hace diez años los compradores utilizaban diez dedos para buscar ahora utilizan los pulgares, el mercado ha cambiado, y tenemos que adaptarnos con nuevos servicios", explica Jesús Duque, vicepresidente de la red Alfa Inmobiliaria.
Hoy, el perfil y la actitud del comprador de vivienda es muy distinta. "El mercado ha vivido una transformación que ha añadido cordura al sector y sobretodo demanda una mayor transparencia", concluye Duque, que resume en 6 las exigencias de este nuevo comprador.
Exigentes frente a la publicidad:
- Búsqueda activa. Participa de forma activa en la búsqueda de su vivienda. Revisa toda la oferta de su interés a su alcance, y no admite faltas de coordinación.
- Trasparencia. El comprador post-crisis soporta muy mal los trucos publicitarios para atraer su atención.
Exigentes frente a las inmobiliarias:
- Asesoramiento cualificado. El nuevo comprador de vivienda no necesita que le acompañen a ver el inmueble. A cambio, sí quiere un asesoramiento más cualificado, especialmente la ayuda legal y fiscal que le aporte el agente en todo el proceso de compra.
- El precio justo. Se valora mucho la ayuda relacionada con identificar el precio justo y real de la propiedad en el momento concreto de la operación, no el precio de publicación.
- Total transparencia. El comprador quiere que se le permita negociar directamente las condiciones de compra con el propietario.
Exigentes frente a las viviendas:
- Ya no se compra cualquier cosa. El comprador post-crisis, sabe que hay producto inmobiliario que ya no volverá a cambiar de manos. Se ha vuelto a valorar el esfuerzo a largo plazo que supone una compra de este tipo y ya no están dispuestos a firmar determinado tipo de operaciones.
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