Las autoridades de Rusia han asegurado este viernes que más de 6.400 personas han abandonado el este de la ciudad siria de Alepo en las últimas 24 horas, según ha informado la agencia rusa de noticias Sputnik.

El Centro para la Reconciliación, dependiente del Ministerio de Defensa, ha detallado que 6.462 personas han salido de Alepo oriental, entre ellas 3.000 combatientes.

"Durante el primer día de la operación, el Centro para la Reconciliación sacó de los barrios orientales de la ciudad nueve convoyes con un total de 6.462 personas, incluyendo 3.000 combatientes y 301 heridos", ha dicho.

Asimismo, ha recalcado que las operaciones de evacuación continúan desde primera hora de este viernes, añadiendo que las caravanas son escoltadas por oficiales del organismo y representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

"Los convoyes se mueven por un corredor especial del barrio de Saladino, en Alepo oriental, al barrio de Al Rashidín 4, en la periferia oeste de la ciudad, donde todos los combatientes y sus familiares hacen trasbordo a otros vehículos para continuar hasta Idleb", ha explicado.

"A lo largo del itinerario se han establecido puestos especiales para garantizar la seguridad", ha manifestado, resaltando que el proceso es supervisado por drones y cámaras de vigilancia.

La mayoría de los residentes en la zona rebelde han salido en autobuses hacia puntos rurales de la provincia de Alepo o hacia la vecina Idleb, en manos de la oposición, mientras que algunos heridos han sido trasladados a hospitales en Turquía.

Por su parte, el enviado especial de Naciones Unidas a Siria, Staffan de Mistura, ha apuntado que aún quedan unos 50.000 civiles por evacuar de Alepo oriental, de los cuales 40.000 irán a la zona occidental y los restantes —1.500 combatientes y sus familias— a Idleb.

De Mistura ha insistido en que, si bien ya está presente el CICR, la ONU también debe participar en este operativo "para garantizar que los civiles no son molestados", en alusión a posibles represalias de las tropas del presidente, Bachar Al Asad.

El ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, ha insistido este viernes en exigir observadores internacionales para garantizar que no haya masacres en la evacuación.

Horas antes de una nueva reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la crisis siria, Ayrault explicó, en una entrevista a la emisora de radio "RTL", que la "primera urgencia" son los corredores humanitarios. Insistió en que los observadores son necesarios para "evitar las masacres" y en que "no (puede) imaginar un instante que se impida salir a las poblaciones civiles".

La "segunda urgencia" es "relanzar el proceso de paz de Ginebra" y eso significa poner en torno de la mesa a "los representantes del régimen (del presidente Bachar al Asad) y de la oposición" con el objetivo de "una transición política", según lo que establecía una resolución del Consejo de Seguridad del pasado año.

Interrogado sobre la pertinencia de discutir con Bachar al Asad, el ministro francés respondió que "cuando se quiere hacer la paz, hay que negociar con los beligerantes". Pero recordó que "al final del proceso" el presidente sirio no podrá seguir en el poder.