La danza gana su primer Príncipe de Asturias

Maya Plisetskaya y Tamara Rojo. Españolas, aunque la primera nació en Moscú en 1925 y la segunda, en Montreal 49 años después.
Gran diferencia de edad; ninguna de talento: ambas son los máximos exponentes de sus respectivas generaciones en el mundo de la danza.

Por eso, fueron reconocidas ayer con el Príncipe de Asturias de las Artes en un día histórico, porque por primera vez la danza entra en el grupo de categorías premiadas, y porque, también por primera vez en los últimos 12 años, el jurado ha emitido el fallo por unanimidad.

Plisetskaya, por hacer de esta disciplina «una forma de poesía en movimiento», y Rojo, por su «madurez interpretativa». Maya, una de las más importantes bailarinas del siglo xx, fue primera bailarina del Ballet Bolshoi y directora del Ballet Nacional de España de 1987 a 1990. Por su parte, Rojo fue primera bailarina de la compañía de Víctor Ullate con sólo 17 años, y desde 2000 lo es del Royal Ballet de Londres.

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