Lejos de laurear a aliados militares y señores feudales, estas distinciones recaen ahora en las manos de científicos, profesores, políticos o periodistas. No conservan sus privilegios originales, ni siquiera la concesión del pasaporte diplomático al que tuvieron derecho hasta 1984 los Grandes de España (la dignidad nobiliaria más alta), y sus derechos se limitan al tratamiento de "Excelentísimos Señores" o de "Ilustrísimos Señores", según su rango.
Los personajes que el pasado día 11 se sumaron a los cerca de 2.200 nobles que existen en el país son la investigadora Margarita Salas, el experto en política y periodismo Antonio Fontán Pérez y la mecenas y esposa de Emilio Botín Paloma O’Shea. Desde ahora serán marquesa de Canero, marqués de Guadalcanal y marquesa de O’Shea, respectivamente.
Por su parte, el editor del periódico La Vanguardia Javier Godó, que ya ostentaba el título de conde de Godó, compaginará éste con el de Grande de España, un honor que solo se puede recibir si ya se es ilustre y del que pueden presumir unas 400 personas en el país.
Otros grandes de España
Entre los personajes que un día recibieron esa misma denominación figuran escritores como Camilo José Cela o José Manuel Lara Hernández; políticos como Adolfo Suárez y Josep Tarradellas o el ex presidente del Comité Olímpico Internacional Juan Antonio Samaranch.
Otros que la poseen desde la cuna son los nietos del Rey e hijos de los Infantes de España.
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