Pedro Sánchez rompe la baraja. El jefe del Ejecutivo ha publicado este miércoles por la tarde una carta en la que se pregunta si debe renunciar a la Presidencia del Gobierno tras la apertura de una causa judicial para investigar las actividades de su mujer, Begoña Gómez. "Necesito reflexionar si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor. Seguiré trabajando, pero cancelaré mi agenda pública para reflexionar qué camino tomar. El lunes 29 de abril compareceré a los medios y daré a conocer mi decisión", explica.

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De esta forma, Sánchez se toma cuatro días de "reflexión" para decidir si seguirá al frente de la Presidencia del Gobierno, después de que un juzgado de Madrid haya abierto diligencias contra su mujer, Begoña Gómez, por una denuncia de la organización Manos Limpias por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción privada. El presidente del Gobierno lo ha hecho de forma pública a través de la red social X, alegando que es la mejor vía para dar una respuesta "sosegada" y dirigiéndose a la "ciudadanía". Lo hace también 24 horas después de que la Audiencia Nacional reabriera el caso de espionaje a su teléfono móvil con el sistema Pegasus.

En la misiva, de tres páginas, Sánchez incide en los ataques de la organización "ultraderechista" que interpuso la denuncia, de los medios de "marcada orientación derechista y ultraderechista" y también menciona la "sobreactuación" del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y del presidente de Vox, Santiago Abascal, al respecto. "En este atropello tan grave como burdo, ambos son colaboradores necesarios", alega el presidente, que también recuerda que Feijóo pidió para él de 5 a 10 años de inhabilitación en la denuncia que interpuso ante la Oficina de Conflicto de Intereses y que finalmente fue archivada. 

"Se trata de una operación de acoso y derribo por tierra, mar y aire para intentar hacerme desfallecer en lo político y en lo personal atacando a mi esposa", asevera Sánchez, que este mismo miércoles por la mañana, en la sesión de control del Congreso de los Diputados, había apuntado, con semblante muy serio, que "a pesar de todo", seguía creyendo en la justicia de este país. A su juicio, tanto la denuncia a su mujer como el resto de "ataques" no son a su persona, sino a lo que representa, "una opción progresista, respaldada elección tras elección por millones de españoles, basada en el avance económico, en la justicia social y la regeneración democrática". "No soy ingenuo", apuntala.

En la carta, insiste en los reproches a la "derecha y la ultraderecha" por no aceptar el resultado electoral. Ahora, considera "han traspasado la línea del respeto a la vida familiar".

Texto íntegro de la carta que Pedro Sánchez ha enviado a la ciudadanía y que pone en duda su continuidad como presidente

"Llegados a este punto, la pregunta que legítimamente me hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé", espeta, dejando abierta la puerta a varios escenarios, entre ellos una dimisión o una convocatoria electoral. Para esto último, y según el artículo 115 de la Constitución, tiene que pasar un año desde la última disolución de las Cortes, es decir, no podría hacerlo antes del 29 de mayo. A partir de ahí, tendrían que pasar 54 días para la celebración de las elecciones, según la LOREG. 

"Necesito parar y reflexionar con mi esposa"

Sánchez expone que el ataque contra su esposa es "tan grave y tan burdo" que necesita "parar y reflexionar" con su esposa. "Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas. Y yo, no me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también", asegura, para insistir en su necesidad de "parar y reflexionar". En este sentido, ha cancelado su agenda pública, que coincide con el comienzo de las elecciones catalanas. De hecho, este jueves iba a acompañar al candidato del PSC, Salvador Illa, en la apertura de la campaña, un acto al que no asistirá para darse tiempo hasta el lunes y responderse "a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política". 

"Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor", es la pregunta que el presidente se hará durante los próximos cuatro días. "A pesar de la caricatura que la derecha y la ultraderecha política y mediática han tratado hacer de mí, nunca tengo apego al cargo", afirma, para concluir que seguirá trabajando, aunque sin agenda pública hasta el lunes, cuando comparecerá ante los medios y dará a conocer su decisión.