Según la reseña oficial del Consejo de Ministros, se establece una subida de un punto porcentual del tipo impositivo "ad valorem", que pasa del 54,95 al 55,95 por ciento.

Además se sube dos euros el tipo impositivo específico, que pasa de 4,20 a 6,20 euros por cada mil cigarrillos.

No se puede intervenir en el precio

El Gobierno no puede intervenir en la fijación de los precios del tabaco, ya que, según las normas europeas, son establecidos libremente por los fabricantes.

Sin embargo, el Ejecutivo sí puede modificar la fiscalidad sobre este producto, aunque el traslado o no del aumento a los precios de venta al público es una decisión que corresponde a los fabricantes.

El aumento de los impuestos entrará en vigor este sábado.

Reacciones a la subida

"Es una mala noticia para el sector. Si los fabricantes quieren mantener sus márgenes tendrían que subir el precio en torno a un 13% en el caso de Fortuna o aproximadamente un 11% en el caso de Marlboro", dijo Antonio Castell, analista de Ibersecurities.

"Debido a la estructura del impuesto 'ad valorem', en el caso de las marcas baratas, los fabricantes tendrían que subir los precios en torno a un 20% si quieren conservar los márgenes", agregó Castell.

La Asociación Empresarial del Tabaco (AET) pidió al Gobierno la introducción de un impuesto mínimo que frenase el avance del tabaco barato.

Con esta propuesta, la asociación, que incluye a Altadis y a Philip Morris, quería poner fin a la guerra de precios existente en España, donde se venden muchas marcas a precios de entre uno y 1,5 euros por cajetilla.

Según datos recabados por el diario Expansión, a finales de 2005, el llamado tabaco barato representó ya el 40% de las ventas en España.