El paro de controladores en Santiago provoca la cancelación de nueve vuelos, tres desvíos y retrasos en 17 aviones

La sexta jornada de paros en los controladores aéreos de la zona de Santiago se ha saldado con la cancelación de nueve vuelos, tres desvíos y retrasos en 17 aviones, cuyos pasajeros han tenido que esperar hasta seis horas.

Según han informado fuentes de Aena a Europa Press, durante la jornada del jueves se han cancelado en Lavacolla tres vuelos de llegada, dos Ryanair de Londres y Frankfurt y un Iberia de Madrid. Además, han sufrido desvíos un Ryanair proveniente de Madrid, que ha tomado tierra en Oporto; un Air Europa de la capital española, que ha ido a parar a Vigo, y un Vueling de Barcelona, que ha aterrizado en A Coruña.

En el capítulo de llegadas únicamente han aterrizado en hora durante la jornada del jueves en Lavacolla cuatro vuelos mientras que siete han sufrido retrasos que fueron desde los 45 minutos hasta las dos horas. SALIDAS

En lo relativo a las salidas desde la terminal compostelana, la falta de controladores ha provocado la cancelación de seis vuelos, un Ryanair con destino Madrid, un Air Europa también a la capital española, un Vueling hacia Barcelona, un Ryanair a Londres, otro Ryanair a Frankfurt y un Iberia que se dirigía a Madrid.

Concretamente, desde las 8.00 horas y hasta las 19.00 horas únicamente han salido en hora dos vuelos desde Lavacolla y han sufrido retrasos 10 rutas, con tiempos de espera que han oscilado entre los 45 minutos y las seis horas.

Durante la jornada del jueves se ha cerrado el espacio aéreo de Santiago en cuatro ocasiones, por un tiempo total superior a las cinco horas y media. En concreto, los cierres han tenido lugar entre las 9.00 y las 11.30 horas, entre las 12.15 y las 13.00 horas, entre las 14.10 y las 15.00 horas y entre las 17.30 y las 19.00 horas. Además, se prevé que se produzca un último paro entre las 20.00 y las 20.30 horas.

Esta circunstancia ha sido debida a que en cada turno sólo han acudido a trabajar dos de los cuatro controladores necesarios, por lo que, en los momentos de descanso que cada profesional tiene a lo largo de la jornada, sólo se ha podido prestar servicio a la aproximación de aeronaves y ha sido necesario dejar vacía la torre de Lavacolla.