Los Ancares, tierra de pallozas

Los Ancares es una de las regiones más desconocidas de toda España. Situada entre las provincias de Lugo y León, es una zona relativamente poco explotada turísticamente por lo que es muy recomendable para aquellos urbanitas que buscan un lugar tranquilo para descansar de las prisas y los agobios de la ciudad.

La parte leonesa engloba las sierras del Padrón, Mingatón y de la Corredoira y las cuencas altas de los ríos Burbia, Ancares y Cúa, mientras que la zona gallega, significativamente más pequeña, se sitúa entre los valles que forman las cabeceras de los ríos Ser y Cervantes.

Para conocer Los Ancares en toda su magnitud es imprescindible visitar una palloza, la vivienda típica de la zona desde antes de los romanos. Estas construcciones de piedra, de planta redonda o elíptica y con cubierta de paja, hacían las funciones de vivienda, establo y granero. Hombres y animales convivían bajo el mismo techo, aunque separados por paredes de tablas. De esta forma, sin salir al exterior, podían sobrevivir a los duros inviernos, en los que las nevadas duran días o semanas. Actualmente cumplen la función de museos etnográficos, aunque en algunos casos, como Casa Carolo (O Cebreiro, Lugo), se han reconstruido y acondicionado como alojamientos de turismo rural.

En cuanto a las actividades al aire libre, Los Ancares es un espacio ideal para realizar excursiones a pie o en bicicleta. Así se puede apreciar convenientemente la riqueza de la flora y la fauna autóctona. Abundan los castaños, abedules, hayas, acebos, robles y avellanos, entre los árboles, mientras que brezos, escobas, piornos y gencianas son los arbustos y flores más comunes. También se pueden observar corzos, jabalíes, ciervos, gatos monteses, urogallos e incluso algún oso.

Por último, la gastronomía es otro de los puntos fuertes de Los Ancares. Ya sea en la zona gallega o en la leonesa, los productos de la tierra destacan por su calidad y la sencillez con la que se preparan.