Bañada por las aguas del Atlántico y con el desierto a sus espaldas, esta localidad se presenta como un lugar muy atractivo donde disfrutar de una arquitectura colonial y extensas playas de arena dorada.
250 artículos de Beatriz Pérez
Se trata de una impresionante ciudadela de piedra con mucha historia bajo sus espaldas. Tras su abandono, estuvo oculta del hombre durante casi cuatro siglos.
Esta villa conserva todavía su esencia histórica y nos invita a pasear por la Edad Media gracias a su bien conservado casco antiguo.
El río Tastavins serpentea por la comarca turolense conocida como la "Toscana española", dejando a su paso una increíble paisaje natural que querremos visitar este verano.
Además de contemplar valiosas obras de arte, como pinturas de El Greco y de Tintoretto, el palacio nos sumerge en la vida de una familia aristócrata del cambio de siglo.
Este itinerario se puede hacer con una excursión en barco partiendo desde la bonita localidad de Zumaia, para así poder admirar la belleza del litoral desde una perspectiva única.
Con su ambiente tranquilo, esta localidad histórica se presenta como unas escapada perfecta para hacer desde la capital lusa.
Este paraje natural está formado por un ecosistema forestal mediterráneo de interior, que se convierte en un refugio ante el calor durante los meses de verano.
En paraje natural los visitantes podrán hacer un recorrido por un circuito de 1,5 km de longitud siguiendo el cauce del río Algar. Se trata de un plan perfecto para combatir el calor de los meses de verano.
Este itinerario en la costa gaditana nos sumerge en los bellos paisajes del Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate.
En este alojamiento con vistas al Palacio Real de Aranjuez podremos respirar la esencia histórica que emana la ciudad madrileña.
Este recorrido nos adentra en la zona sur de la Sierra de Demanda, a través de un paisaje montañoso con bosques y pastizales.
En el municipio de Navarrés encontramos esta pequeña laguna que recoge las aguas dulces de los manantiales de alrededor. Cuenta con servicios como bar, socorrismo y baños.
El ruido constante de la caída de las aguas se convierte en la banda sonora de esta pequeña villa francesa del departamento de Aveyron.
Dentro del Parque Natural del Delta del Ebro, la península de la Punta del Fangar nos espera con sus dunas móviles, su gran faro y su playa con espejismos.
La localidad cuenta con tres círculos fortificados y una esquemática estructura en sus calles, que convergen en una plaza central con edificios históricos.
Un plan único con el cual podremos contemplar la Comunidad de Madrid dando un paseo por el cielo. Incluso, los más atrevidos también pueden optar por ponerse a los mandos de la aeronave.
Este recorrido es solo apto para quienes no le teman a las alturas y es que nos dejará caminando sobre el abismo, con el cauce del río Caldarés a 25 metros bajo nuestros pies.
Este oasis en la provincia abulense es perfecto para pasar un día en familia. Cuenta con baños, duchas, merenderos, zonas césped, bares y chiringuitos.
Este pequeño concejo enclavado en un valle ha logrado alzarse como Capital del Turismo Rural 2024. Profesiones centenarias, arquitectura tradicional, gastronomía típica, naturaleza pura y la sonrisa de sus habitantes nos esperan con los brazos abiertos en este municipio del oeste asturiano.
Por su situación de aislamiento, este rincón de la costa asturiana está muy poco concurrido, de modo que es el lugar perfecto para aquellos que busquen paz, tranquilidad y, al mismo tiempo, impresionantes paisajes naturales.
Este archipiélago a noroeste de la isla de Lombok nos invita a relajarnos en playas de arena blanca, bucear entre tortugas y disfrutar de unos de los atardeceres más mágicos del mundo.
Esta preciosa villa a orillas del río Arnoia es un indispensable en una visita a la provincia de Ourense. Su casco urbano está declarado Conjunto Histórico Artístico y fue condecorado con el Premio Europeo de Urbanismo.
En este arenal podremos disfrutar de un baño tranquilo y aislado en el Mediterráneo, con unas vistas privilegiadas a una fortaleza histórica.
El pequeño santuario se oculta bajo la pared rocosa de un risco que alcanza los 1.200 metros de altura y acoge la imagen de la Madre de Dios de l'Aberella, la patrona de los apicultores catalanes.
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