Borja: energía solar para proteger lo que más importa

Agricultor y concejal en Ataquines, un pequeño pueblo de Valladolid, Borja ha encontrado en la energía solar una forma sostenible de abastecer el riego de sus campos; gracias a una instalación fotovoltaica, gestiona los terrenos con una energía tan verde como los cultivos que crecen en las lindes del municipio.

En las afueras de Ataquines, un pueblo al sur de Valladolid, hay un campo de adormideras que se extiende como un manto blanco más allá de donde alcanza la vista. Borja, el joven agricultor responsable de su plantación, cuenta entre las flores que estas son mucho más importantes de lo que podríamos suponer: su cultivo abastece, sobre todo, a la industria farmacéutica. “Del campo sale todo: desde los alimentos que consumimos hasta las medicinas que necesitamos para vivir”, afirma seguro.

Trabajador del campo y concejal del ayuntamiento de su municipio, nunca ha dudado de la importancia que tienen las zonas rurales de España. Por eso, tras estudiar, decidió volver al pueblo que le vio nacer para tomar el relevo del negocio familiar: los cultivos que enmarcan Ataquines. Hoy, muestra orgulloso la extensión verde de las remolachas, la infinidad de flores de adormidera y el horizonte amarillo de cebada. Su instalación de placas solares, enmarcada entre terrenos sembrados, es otra de sus grandes obras.

Borja es el undécimo protagonista de #YoPueblo, el primero en la segunda temporada de este proyecto que, de la mano de Endesa, muestra la otra cara de los pueblos: la de aquellos que, desde pequeños municipios, han decidido dar un paso más en la innovación y apostar por el uso de energías renovables para abastecer sus negocios. Porque la sostenibilidad no es solo cosa de las ciudades: está presente, en múltiples formas, en cada uno de los rincones de España.

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“Las energías renovables son el presente y el futuro del campo”, explica. En su caso, utiliza la fotovoltaica para alimentar el autoconsumo del riego, sobre todo en los cultivos de verano. “Estoy muy contento con su uso; es una energía verde rodeada de campos verdes y, gracias a ella, hemos reducido muchísimo el consumo de Diesel”, cuenta.

Él tomó la decisión de apostar por la energía solar hace alrededor de seis años; hoy, plantea ya un nuevo proyecto con más paneles para abarcar un mayor abastecimiento. “Es una tecnología que avanza muy rápido: la instalación que estamos planeando es aún más moderna y eficiente”.

La electrificación del campo es, desde su visión, un paso lógico: que la maquinaria se alimente de energía eléctrica procedente de energías renovables y no de combustibles fósiles supone múltiples ventajas, que van desde el terreno económico hasta la perspectiva de cuidar un entorno vital para todos.

“Comencé en el mundo de la agricultura en 2008. Mi padre falleció y había que buscar una alternativa al negocio familiar”, cuenta. “Decidí quedarme aquí porque me ha gustado siempre lo que hacían mi padre y sus amigos, y lo tenía súper claro”, señala convencido.

En este tiempo, Borja ha trabajado para innovar en todos los aspectos. La tecnología es hoy aliada de la agricultura, algo que explica y demuestra enseñándonos diversas aplicaciones, mandos y controles. Gracias a su iniciativa, ha extendido su labor e incluso presta servicio con su maquinaria a otros agricultores de la zona. “Creo que mi padre estará orgulloso de todo lo que estamos haciendo”, sentencia.

«Con la digitalización, es cada vez más fácil poder volver a los pueblos»

PERTENENCIA

El joven pasea por Ataquines con una sonrisa de oreja a oreja. Saluda a cada vecino con el que se cruza, llama a todos por su nombre o apodo, bromea con los trabajadores que pasan en camioneta hacia su siguiente encargo y se para a charlar con personas de todo tipo.

Para él, su pueblo es lo más importante -“imagínate hasta qué punto que incluso soy concejal”, bromea-, y considera que todo lo que necesita está en esas calles. «Hoy en día, tenemos todos los servicios fundamentales: es muy viable vivir en un pueblo», cuenta convencido. “Además de ser más económico, estamos cada vez más conectados, así que no es difícil desplazarse a cualquier punto de España si lo necesitas”.

Esa conexión pasa también por el acceso a Internet: «Con la digitalización, es cada vez más fácil poder volver aquí. El campo tiene muchísimo futuro, muchísimo recorrido: sin estas zonas, es imposible que haya vida más allá», establece.

Además, argumenta que «un pueblo te da mucha tranquilidad, y conoces a todo el mundo, que es algo muy bonito y bueno. Sales, saludas a cualquier persona, conocida o desconocida, y eso se convierte en tu día a día».

Existe una suerte añadida: su territorio está situado en una de las zonas con más sol de España. «Tenemos un alto porcentaje de luz solar durante primavera y verano, así que es fácil optar por energías renovables», explica. Esta posibilidad, que cada vez está más presente en este y otros pueblos de España, permite un uso más verde, sostenible y económico de los recursos; alienta, en definitiva, el desarrollo de la vida rural desde una nueva perspectiva.