Un proyecto de:

Soy Alfredo

Desirée Vila

atleta paralímpica

Quería aprender a correr. Hacerlo con una prótesis es muy diferente porque es un mecanismo externo

La residencia Joaquín Blume de Madrid debe su nombre a un gimnasta español. Hasta allí me desplacé, desde Zaragoza, para conocer la historia de Desirée Vila, una deportista para la que la gimnasia lo era todo durante los primeros años de su vida. «Era mi pasión, ese momento de desconexión después de las clases y también de creatividad porque mezcla baile, flexibilidad y fuerza. Era un instante de disfrute que, poco a poco, se fue convirtiendo en mi trabajo», conjuga en pasado esta joven atleta que llega a la entrevista con una prótesis en su pierna derecha. Desirée Vila coge el relevo de Loida Zabala como segunda protagonista de #SoyAlfredo, un proyecto editorial de la mano de Iberdrola, que muestra la realidad de figuras paralímpicas y perfiles como el mío para visibilizar la excelencia deportiva y profesional desde el prisma de una persona con discapacidad.

La carrera de Desirée como gimnasta se terminó el 26 de febrero de 2015, al sufrir una caída mientras entrenaba. Días después, tuvieron que amputarle la pierna. «La primera vez que el doctor Lores me dio esa noticia, me imaginé que mi vida iba a ser la de una persona totalmente dependiente, una persona que quizás tenga que moverse en una silla de ruedas o pasar mucho tiempo en una cama de hospital y, obviamente, yo no me imaginaba ese estilo de vida para mí», cuenta.
«Disfruto dando a conocer el deporte adaptado y la discapacidad, abriendo un poco esa mentalidad a la gente”
Un estilo de vida que ha sido muy diferente a como se planteaba en un principio y que le llevó de la gimnasia al atletismo, pasando por otros deportes. «Mis padres me querían apuntar a todo para hacerme ver que la discapacidad no me iba a limitar a la hora de seguir mis sueños», explica. El apoyo de sus progenitores fue fundamental en este cambio, pero su llegada a la actividad que le abrió las puertas de las competiciones internacionales fue por otro motivo. «Quería aprender a correr. Llevaba un año entero sin hacerlo y aprender con una prótesis es muy diferente a con las dos piernas porque es un mecanismo externo», narra. «No forma parte de tu cuerpo, pero debes intentar visualizarlo como una extensión de tu cuerpo», relata. Una parte más que Desirée no ha dejado de personalizar desde que se la pusieron.

La prótesis que luce en la actualidad dice mucho de ella. En colaboración con el artista Pablo Borrasca, ha logrado expresar su pasado, su presente y su futuro. Su animal favorito, el koala, su tierra gallega, representada por unos percebes, su película favorita, una carpa de circo, como recuerdo a una experiencia que vivió cuando era gimnasta, o el logotipo de los Juegos Paralímpicos, a los que asistió el pasado verano, son algunos de los dibujos que le acompañan siempre.

A Tokio llegó corriendo y saltando ya que se dedica también al salto de longitud, prueba en la que quedó tercera en el Europeo del pasado junio. «Sentí, sobre todo, que era un reconocimiento merecido y además, como ese año eran los Juegos, era como un empujoncito para seguir trabajando y esforzándome», rememora. La experiencia olímpica fue única para Desirée. «Fueron brutales. Fue una pasada», sentencia a pesar de que la crisis sanitaria hizo que echara de menos a alguien en la capital japonesa.  «Fue una pena no haber podido compartir esa experiencia con mi familia y con mi entrenador por el tema del covid», cuenta mientras mira al futuro con esperanza. «Como quiero preparar los Juegos de París, sé que esos van a ser mis Juegos y ahí sí que tendré la oportunidad de  disfrutarlos con mis seres queridos».

En 2024, su objetivo es llevarse a casa una medalla paralímpica, que tiene claro que se la dedicará a la gente que le rodea. «Si he podido llegar a donde estoy, ha sido gracias a mi dedicación, a mi esfuerzo, a mi disciplina, a ir todos los días a entrenar cuando te apetece y también cuando no, pero sobre todo y fundamentalmente a mi equipo», explica. Desirée es consciente del esfuerzo que han hecho sus padres durante toda su carrera, sobre todo en sus inicios en la gimnasia. «Ellos eran los que me llevaban a entrenar, los que pagaban mis mallas y el chándal de competición, cuando había una competición, eran los que estaban allí animándome. Han sido una parte fundamental en estos éxitos», rememora. A pesar de ello, no se olvida del compromiso de su entrenador, su fisioterapeuta, su nutricionista, su psicólogo deportivo o sus patrocinadores. Empresas como Iberdrola con la que ha participado en el Tour Universo Mujer, Invencibles o en #SoyAlfredo, entre otras acciones que combina con su dedicación al deporte.

«Es muy bonito que la gente confíe en ti, incluso antes de que tú mismo creas que vas a poder llegar hasta ahí»
Cuando llegue la presea, también recordará a alguien que le salvó la vida e intentó salvar su pierna por todos los medios: el doctor Lores. «Es una persona con la que no tengo un contacto diario ni mucho menos, pero que siempre tengo presente porque en el hospital me dijo que llegaría a unos Juegos Paralímpicos. Es muy bonito que la gente confíe en ti, incluso antes de que tú mismo creas que vas a poder llegar hasta ahí», cuenta.

Más allá del deporte

A pesar de sus 23 años, Desirée Vila es consciente de que en algún momento el deporte se acabará y se está formando para los años posteriores a la retirada. «Siempre he pensado que es fundamental que un deportista de alto rendimiento se preocupe por su futuro laboral», explica esta estudiante de Relaciones Internacionales. «Es una carrera que me encanta, que me apasiona, a la que no le puede dedicar todo el tiempo que me gustaría porque obviamente el ritmo de vida de un deportista es muy pocas veces fácilmente compaginable con el de un estudiante de universidad», cuenta.

A punto de terminar sus estudios universitarios, tiene claro que quiere tener un empleo relacionado con aquello para lo que se ha formado, conjugándolo con el deporte, su otra gran pasión. «Me gustaría dedicarme a las Relaciones Internacionales, quizás trabajando en el Comité Olímpico o Paralímpico», piensa.

Mientras ese momento llega y compatibilizándolo con su actividad deportiva, Desirée da charlas. «Disfruto dando a conocer el deporte adaptado y la discapacidad, abriendo un poco esa mentalidad a la gente, quitando esos prejuicios, esas barreras que muchos de nosotros nos ponemos cuando pensamos en las posibilidades que tiene una persona con una discapacidad», explica. Estas conferencias están plagadas de anécdotas relacionadas con momentos vividos junto a su prótesis, un elemento que tiene que cargar y que, en alguna ocasión, se le ha quedado sin batería o sin poder cambiar su modo de actividad al apagarse el móvil al que va vinculada, circunstancias que no impiden que camine con paso firme, demostrando que las barreras están para romperlas y lograr todos los objetivos que nos propongamos.

Alayans Studio para IBERDROLAIdea creativa: Fedra Valderrey | Entrevistas y reportajes: Alfredo Quintana | Producción: Ana Cristina Martínez y Pilar Sanz | Audiovisual: Pablo Ballesteros| Diseño web: Pablo Calahorra Subías