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Para un forastero al que la casualidad o la curiosidad le lleva hasta la localidad de Binaced -en la provincia de Huesca-, este podría parecerle un pueblo ni muy grande ni muy pequeño, ni muy tranquilo ni muy ajetreado, rodeado de naturaleza, pero también de un tejido industrial creciente, cerca del mundo urbanita -a medio camino entre Zaragoza y Barcelona- y a la vez lejos del mundanal ruido. Para Esther Alamán, química y directora de una planta cosmética, Binaced es casa, familia, amor, amistad y, lo más importante, tiempo y vida.

“Para mí, vivir en el pueblo tiene innumerables ventajas. La primera es la calidad de vida: estoy rodeada de naturaleza, me traslado a mi puesto de trabajo en cinco minutos, mis posibilidades económicas son mayores…”, confiesa. “Y, por supuesto, el tiempo: veo impensable tener una hora de metro para ir a trabajar. En esa hora he sacado al perro, he hecho la compra, estoy tomando algo con amigos…”, añade.

Cuando Esther estaba estudiando la licenciatura de Química en la Universidad de Zaragoza, soñaba a lo grande, como se sueña en esa época, con salir de casa y trabajar en una gran ciudad. Mientras estudiaba, localizó una empresa emergente en su pueblo natal y decidió hacer unas prácticas. Después, a falta de un año para terminar sus estudios, dicha empresa se comprometió a guardarle el puesto, al que se incorporó al terminar la carrera. “Cuando me ofrecieron trabajar aquí mi primera respuesta fue no, porque lo que me llamaba la atención era irme de la zona. Pero luego me senté a valorar un poco todo y finalmente acepté”.

“Ahora valoramos otras cosas en la vida, como la libertad que tenemos en las zonas rurales”

A sus 35 años, Esther está al frente de un laboratorio y no se arrepiente de la decisión que tomó hace ya trece años. “Creo que lo que nos está tocando vivir ha reseteado la mente del ser humano. Valoramos o priorizamos otras cosas en la vida, como la libertad que tenemos en las zonas rurales”. Y apenas añora la vida urbanita. “Tengo claro que la ciudad te aporta otras cosas que no tenemos en los pueblos. Por suerte, nosotros estamos muy cerca -a medio camino entre Zaragoza y Barcelona-. Cuando quieres ese chute de urbanidad, te trasladas un par de días y ya está, aunque cada vez lo necesito menos”.

Su historia es además la primera protagonista de #yopueblo, una iniciativa de Endesa que recorre la España vacía para encontrarse con aquellos que han sabido apreciar el entorno rural con una energía especial: la de hacer ver que los pueblos son también tierra de oportunidades. Endesa, nacida en el ámbito rural de León en 1944, ha estado y va a seguir estando muy ligada a las comunidades locales, pilares de la historia de éxito de la compañía desde hace ocho décadas.

La empresa que le ofreció esa oportunidad -y que también le ha permitido crecer profesionalmente- es Secretos del Agua, una firma de cosmética natural tan vinculada al territorio como lo está Esther. “Que la empresa este aquí no es casualidad, porque utilizamos agua del Pirineo aragonés -la cual someten a un proceso bioenergético para trasladar su riqueza electrónica al organismo- para fabricar nuestros productos y muchos de los activos botánicos que utilizamos provienen de plantas que también cultivamos aquí, en una finca que cuenta con certificados de agricultura ecológica y biodinámica”.
“El desarrollo de las zonas rurales va de la mano de la sostenibilidad y la economía circular”

Como parte de esta empresa, Esther entiende que la de la sostenibilidad -las iniciativas sostenibles de emprendedores rurales se han multiplicado notablemente en los últimos años en Aragón- es una de las vías para luchar contra la despoblación y devolver la vida a los pueblos. “El desarrollo de las zonas rurales va de la mano de la sostenibilidad y la economía circular de lo que la zona pueda ofrecer. Si no se apuesta por eso, nunca vamos a poder potenciar las cosas tan buenas que tenemos aquí”, señala.

Para ella, la fórmula para devolver la vida al entorno rural se vale de una buena dosis de apoyo institucional -garantizando los servicios y favoreciendo que las empresas puedan instalarse en estas zonas-, pero también de romper con los prejuicios. “Antes la gente en los pueblos era más cerrada de mentalidad, pero está cambiando mucho gracias a la gente joven que se queda a trabajar aquí. Eso te permite que en tu entorno haya personas que son como tú, han viajado, hablan idiomas…ven la vida de otra manera, no como antes”, confiesa.

“No solo se están buscando oficios de toda la vida. Hay muchas oportunidades para muchos tipos de trabajo”

Y esto último es, precisamente, lo realmente complicado: hacer entender que volver al pueblo no es volver atrás en el tiempo, que no es solo dedicarse al campo o estar tras la barra del único bar que queda en varios kilómetros a la redonda. “Es difícil encontrar a gente que se atreva a dar el paso de venir a los pueblos. No solo se están buscando oficios de toda la vida. Hay muchísimas oportunidades y para muchos tipos de trabajo”.

Haciendo balance, Esther se siente profundamente agradecida de haber podido desarrollarse -personal y profesionalmente- en una localidad como Binaced. «Cuando abro la puerta por las mañanas y entro a trabajar, es como si estuviera en el centro tecnológico de Madrid. Cuando salgo, estoy en medio del campo, tengo esas cosas que tanto me gustan, que es la naturaleza, mi familia y mis amigos cerca, y poder disfrutar de eso cada día no tiene precio”. Lo cuenta con la convicción de que vivir, volver o quedarse en el pueblo es también abrir la puerta a grandes oportunidades.

Esther Alamán y la química de vivir en un pueblo

Esther Alamán es química y directora de una planta cosmética en Binaced, un pueblo de poco más de 1.000 habitantes en la provincia de Huesca. Desde allí ha desarrollado su propia fórmula para devolver la vida al entorno rural.

#yopueblo es una serie documental de Endesa que recorre los caminos de la España rural y sus comunidades, con las que la compañía ha estado comprometida desde 1944 y seguirá estando en el futuro. Nos encontraremos con iniciativas, protagonistas y gentes que apuestan por estos entornos con una energía especial.

BlueMedia Studio para EndesaIdea creativa: Fedra Valderrey | Diseño web: Pablo Calahorra Subías | Entrevistas y contenidos: Nerea Tirado | Audiovisual e imagen: Pablo Ballesteros