Crítica de 'Mi vacío y yo'
Estoy usando mucho la palabra “visibilización” últimamente en mis críticas y comentarios cinéfilos. Será por algo. Bien, pues Mi vacío y yo son también muchas otras palabras, conceptos y acciones que vale la pena reseñar. El inicio es demoledor. La conversación de la protagonista con su psicóloga:
-“¿Tienes un nombre femenino?”.
-“Nunca he pensado en ello”.
-“¿Tú cómo te defines?”.
-“No entiendo estas preguntas”.
¿Otros conceptos? Incomodidad, suspicacia, intolerancia, dudas, miedo, esperanza, dolor. Y el mundo de la llamada disforia de género, la realidad de ser mujer en cuerpo de hombre. ¿Cómo abordarlo desde el cine y para el cine? Es decir, con un discurso hondo, con tesis pero que no sea exactamente cine de tesis. Adrián Silvestre lo consigue, gracias en parte a un buen guion, pero sobre todo a una protagonista fabulosa, entregada en cuerpo y alma –nunca mejor dicho– a contar una historia humana.
Con buen trabajo de diálogos, un chapuzón más que elocuente en los mundos de Tinder, las citas, los chats, la zozobra real que generan y no las chorradas que vemos demasiado en redes y en realities. Divulgativa –esas reuniones, ese personaje que le muestra su cuerpo operado a la protagonista– sin ser propaganda –algún eslogan se les cuela–, es una buena exploración de los sentimientos que retratan la evolución del mundo.
FICHA TÉCNICA
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Director:
Adrián Silvestre
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Género:
Drama
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País:
España
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Sinopsis:
Raphi es una joven andrógina algo ingenua que se traslada a vivir a Barcelona. Allí le diagnostican disforia de género, y comenzará un complejo viaje personal por encontrar su auténtica identidad.
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Guion: Carlos Marqués-Marcet, Raphaëlle Pérez, Adrián Silvestre
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Duración: 98 min.
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Reparto: Raphaëlle Pérez, Alberto Díaz, Carles Fernández Giua
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Veredicto: Incisiva y emotiva mirada a un mundo lleno de prejuicios.
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Distribuidora: Filmin
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Estreno: 9/09/2022