Críticas

Crítica de 'Renfield'

Nicolas Cage y Nicholas Hoult en 'Renfield'
Universal Pictures
Valoración:

El destino del Dark Universe tiene visos de parábola en el presente hollywoodiense. Más allá de la hilaridad que sigue despertando aquella foto con Bardem, Cruise y compañía posando en plan Vengadores, el proyecto fallido prueba que no todas las majors pueden hacer lo que Marvel Studios hizo en el periodo 2008/2019. Como también lo prueba DC, claro, pero lo jugoso del caso de Universal es que quería replicar este modelo recurriendo a los primeros personajes que, hace décadas, trazaron su continuidad a través de múltiples películas y crossovers. Universal se lanzaba al juego con la confianza que da haber sido quien lo inventó, pero ya no estábamos en los años 30. La improvisación ingenua, el ímpetu de serial barato que permitió rodar Frankenstein y Drácula en un mismo año, 1931, era inviable en este entorno industrial.

Así que el plan pasó a ser que no había plan. Tras los fracasos de Drácula, la leyenda jamás contada y La momia, Leigh Whannell tuvo libertad para que su Hombre invisible no rindiera pleitesía a ningún calendario o marca, sino que se ajustara a una estética que desde el minimalismo invocara las pretensiones sociales de cierto terror contemporáneo. Renfield, perteneciendo igualmente a los escombros del Dark Universe, practica una jugada distinta. Por un lado le preocupa más la marca, hasta el punto de servir como secuela tardía del Drácula de Todd Browning (conservando la relectura del personaje de Renfield que manejó Hamilton Deane para llevarla al teatro originalmente a partir de la novela de Stoker) y recrear en su prólogo varios de sus planos. Y por otro no le preocupa lo más mínimo hablar de algo, como en teoría le preocupaba a Whannell. Solo quiere gamberrear.

Renfield, desde el planteamiento, podría obedecer a inquietudes más específicas. La idea de la historia es de Robert Kirkman y dirige Chris McKay, cineasta que ya probó a deconstruir murciélagos en la mediocre LEGO Batman a la vez que demostró ser un competente realizador de género en La guerra del mañana. Su apego indisimulado a los presupuestos de Lo que hacemos en las sombras, al mismo tiempo, respaldaría la posibilidad de que realmente se ha querido hacer algo con el mito. Una actualización, una revisión, lo que sea. Pero en los primeros minutos, fuera de la fetichista mímesis con el film de Browning, solo nos topamos con varios tópicos de la retórica psicológica racionalizando la imposible relación de Drácula y su sirviente. Puesto que Drácula es Nicolas Cage, conviene empezar a poner en cuarentena la idea de que McKay y los suyos quieran decir algo sobre las «relaciones tóxicas».

Renfield pasa a chapotear sobre el vacío para conectar con los instintos de Cage (casi tan contento como su público objetivo de estar interpretando a Drácula) y proyectar su exultante megaactuación a cada apartado del film. Es un exquisito ejercicio de borrachera cinéfaga, aprovechando cualquier fracción de metraje para despertar el gozo a la vez que se preocupa de amoldar la iconografía y del rendimiento de sus puntos fuertes. Que por suerte no se reducen a Cage disfrutando de esta prórroga de Besos de vampiro, sino que se amplían a la intuición de Nicholas Hoult, al carisma de Awkwafina como íntegra policía y, sobre todo, a una inesperada intensidad en las escenas de acción.

McKay es más tosco con ellas que en La guerra del mañana, pero porque Renfield no es el tipo de película que necesite estar dirigida «bien». Le basta poner cosas muy bestias y muy rápidas en pantalla a través de un montaje histérico, y con bañarlas en un generosísimo gore que recuerde a la mejor época de Robert Rodríguez (otro cineasta magnífico que nunca ha necesitado dirigir «bien») con sus desmembramientos y sus lechos musicales horteras. En su apuesta por el ruido vacuo Renfield  podría coquetear con el nihilismo, pero tiene tan bien medido su apego a la fuente (sin confundir respeto con solemnidad religiosa) y sabe tan bien cómo explotar instintos primarios que se yergue sin problemas como una obra marcada por la felicidad, el vértigo y lo frívolo. Una que hay que agradecer en un Hollywood cada vez más alérgico a estos valores.

FICHA TÉCNICA

  • Director:

    Chris McKay

  • Género:

    Comedia, Terror, Acción

  • País:

    EE.UU.

  • Sinopsis:

    Renfield lleva siglos atrapado en una relación de dependencia con su jefe, un tipo tan aterradoramente narcisista como el conde Drácula. De un día para otro, sin embargo, encontrará la fuerza para distanciarse de él, y para luchar por ello. 

  • GUION: Robert Kirkman y Ryan Ridley

  • REPARTO: Nicholas Hoult, Nicolas Cage, Awkwafina, Ben Schwatz

  • DURACIÓN: 93 min.

  • VEREDICTO: Nicolas Cage vestido de Bela Lugosi baila sobre la tumba del Dark Universe

  • DISTRIBUIDORA: Universal

  • ESTRENO: 14/04/2023

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