Crítica de 'Toscana'

Con la que está cayendo es raro que no se estrene cada semana un remake de Un día de furia. No es que Toscana sea exactamente esto, pero algo hay, también de la reciente Salvaje, la de Russell Crowe que pasó sin pena ni gloria. Tratan del noble arte de estar hasta los huevos de todo. Pau Durá orquesta una historia coral casi encerrada en un solo escenario, para hablarnos sobretodo de la desesperación y el cabreo de nuestro tiempo desde el sarcasmo y la mala leche. 

Es cine social de la mejor manera que lo sabe hacer el cine español, con toques de Azcona. Lástima de un trazo quizá demasiado grueso, un protagonista flojo, un crescendo de tensión e improbabilidades no especialmente bien resueltas y un sendero complaciente final que te deja medio loco.