Crítica de 'Twisters': divertida, inmersiva y con mucho corazón, la película del verano va sobre tornados

No hace falta que esperemos al estreno de Wicked para volver a Oz. Dorothy, el hombre de hojalata, el espantapájaros y el león están aquí, en forma de divertidos guiños, en el nuevo blockbuster del verano que, aclaremos, no es ni precuela, ni secuela, ni remake de Twister, el clásico de 1996 que nos presentó a los cazadores de tornados. Twisters es un nuevo capítulo.

Han pasado 28 años, la tecnología ha evolucionado, existen nuevas tácticas contra las condiciones meteorológicas extremas y aquellos que arriesgan sus vidas persiguiendo tormentas son, además de héroes, YouTubers. Pero no pongas los ojos en blanco. Esta no es una actualización cutre del clásico de Helen Hunt y Bill Paxton y, por paradójico que parezca, la aparición en pantalla de Glen Powell conduciendo una camioneta a lo loco y a ritmo de country te lo confirmará al segundo.

Esta es una divertida nueva visión por la que Lee Isaac Chung merece todo el reconocimiento y Daisy Edgar-Jones (Normal People) las alabanzas al reparto, por mucho que su compañero sea el actor del momento. Su química es palpable, la trama es entretenida y sólida, los momentos tiernos no son pegajosos y los tornados son impresionantes. La sala de cine no aguantará la tormenta.