Crítica de 'Memory': Michel Franco regresa con una historia de amor imposible entre Jessica Chastain y Peter Sarsgaard

Memory es un melodrama romántico protagonizado por una mujer estancada en un episodio traumático del pasado y un hombre con una enfermedad degenerativa que le impide tener recuerdos a corto plazo. La memoria a la que hace referencia el título es el eje que vertebra la cinta y el motivo de la infelicidad de dichos sujetos. Su experiencia de la memoria se presenta como algo doloroso para ambos, aunque cada uno lo vive de forma opuesta. El nuevo filme de Michel Franco no solo deslumbra por el virtuosismo de su guion escrito por el propio autor. El otro punto fuerte de Memory reside en las interpretaciones de los actores, las cuales han cosechado galardones en festivales y ceremonias de premios académicos. En esta ocasión, una extraordinaria Jessica Chastain será la mujer condenada a recordar, mientras que Peter Sarsgaard dará vida al enfermo que no puede retener vivencias.

La última película del director mexicano sigue la estela de su antecesora Sundown. Ambos largometrajes estrenados en las respectivas ediciones del Festival de Venecia denuncian la vulnerabilidad de los pacientes en estadio terminal, o de quienes padecen enfermedades degenerativas que los convertirán en personas dependientes para siempre. Su representación de la dolencia física de un ser humano es un tema recurrente en su filmografía desde su polémica Chronic. Sin embargo, en Memory tiene un acercamiento más ameno. El cineasta abandona su habitual exposición sádica de la enfermedad, apostando por una historia de amor cautivadora que esconde una punzante denuncia social. Mientras nuestra sociedad intenta invisibilizar a las personas incapacitadas, Franco presenta otra memorable ficción protagonizada por ellas para, así, recordarnos que no debemos abandonarlas, puesto que siguen siendo seres humanos.

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