'Pequeños grandes amigos': ¡Los abuelos molan mucho!

Un grupo de escolares se ve obligado a compartir con los ancianos de una residencia el comedor, mientras su escuela se encuentra en obras. A partir de esta premisa, que deriva en un inevitable (e interesante) choque generacional, desarrollan Andréa Bescond y Eric Métayer su segunda película. 

Una pareja de cineastas que debutó con éxito con Les chatouilles (2018), inédita en nuestro país, presentada en ‘Una cierta mirada’ de Cannes y con la que obtuvieron dos premios Cesar. Ahora apuestan por el formato de ‘feel good movie‘ (un género en sí mismo dentro del cine francés), que se desarrolla en el territorio común en el que coinciden los intereses, en principio tan alejados, de ancianos y niños. 

Sin obviar la necesaria vocación de denuncia a propósito de la falta de recursos en las residencias y del abandono que sufren por parte de sus familias algunos residentes, Bescond y Métayer oscilan entre la mirada documental, la ternura y el aliento humanístico, para capturar sin necesidad de subrayados –aunque con una realización algo plana y un guion que por momentos puede resultar previsible– la forma en la que dos generaciones comparten sus experiencias y disfrutan de la vida como si fuera un juego.