Trilogía de 'La calle del terror'

Divertida, inquietante y repleta de sustos efectivos, la trilogía de La calle del terror posterga el éxito de las adaptaciones en el cine y la TV de la obra de R.L. Stine, creador de la saga Pesadillas. Basada en la franquicia literaria homónima previa del autor estadounidense, este tríptico supone un acercamiento a la realidad social a través de su trama LGTBI.

El amor hacia el slasher nunca muere. Desde que La noche de Halloween asentara las bases del género en los años 70, la reiteración de sus elementos principales han sido recurrentes: las autoridades ineptas, los mejores amigos al socorro, el asesino enmascarado... Algunos ingredientes a los que Leigh Janiak (Honeymoon) acude una vez más en esta vuelta de tuerca de amor sáfico. De Scream a Carrie, pasando por Viernes 13 y Sé lo que hicisteis el último verano, la cineasta homenajea a los clásicos de terror teen. 

Las confrontaciones entre la perversa Shadyside y la intachable Sunnyvale,  el campamento Nightwing y el ahorcamiento de brujas de 1666: tres épocas que marcan un repaso a la historia de Sarah Fier y su influencia brujeril durante siglos. Un relato en el que es inevitable el gustoso plot twist de su desenlace, como también era habitual en la obra de R. L. Stine.

Kiana Madeira (After. Almas perdidas) interpreta a la final girl , acompañada de un elenco de actores prometedores y experimentados en el cine de terror: Olivia Scott Welch (Panic), Sadie Sink (Stranger Things), Fred Hechinger (La mujer en la ventana), Maya Hawke (Stranger Things)... Un reparto que también acude al tono cómico como desahogo en los momentos de mayor intensidad. En este aspecto, Netflix se han convertido en referente tras anteriores incursiones en comedias de terror como The Babysitter.

Más gore, más adulta y con unos psychokillers zombies sin escrúpulos, las tres películas de la trilogía de La calle del terror provocan verdaderos escalofríos.